C.8.

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-Llamé al señor Prachaya... parece que están por reunir el dinero.

Off abrió los ojos sintiendo el sabor metálico en la boca y giró los ojos en dirección de la puerta.

Si. Las voces provenían de ese lugar.

Las conocía.

Eran las mismas que lo habían detenido.

-Perfecto -replicó otro -Hay que pactar el lugar de la entrega... Dejaremos pasar una semana y llamaremos de nuevo.

Off volvió a cerrar los ojos. No eran noticias alentadoras... No ayudaría a ello.

Claro que no.

No pensaba ser la causa de que sus amigos se preocuparan más y de que el futuro de su hija se consumiera.

Los hombres rieron tras decir algo... curiosamente hablaron de un "jefe" pero tuvieron el cuidado de no especificar un nombre...

... y de todas maneras...

Off no creía conocerle.

Entonces la puerta se abrió. La luz del foco le lastimó y apretó los ojos al momento que desviaba la cabeza.

-No se ve tan impresionante -dijo el hombre que acababa de entrar tras arrojar algo al suelo.

-Aunque bonito si es -intercedió otro.

¿Bonito?

Off se atrevió a mirar y descubrió que lo que estaba en el suelo era pan. Un tanto dolido y ofendido por ello levantó los ojos hacia los dos captores con una mirada serena.

-¿No les hago ganar lo suficiente como para merecer algo mejor servido? -preguntó.

Quizá debería pensar en ser menos orgulloso, en especial en una situación donde estaba en clara desventaja.

Off se encogió casi al instante en que uno de los hombres le pateó en el vientre y apretó los labios para reprimir el grito que habría deseado dejar escapar.

-Escáchame bien, niño bonito -gruñó uno agarrándole los cabellos para levantarle la cara -No estas en la mejor situación para hacer bromas o exigir algo... Nosotros vamos a hacer lo que queramos contigo... cuando queramos y de la manera que queramos hacerlo... Así que si no quieres estar en más problemas más vale que cierres el pico.

El otro hombre rió.

-Ruega por que el jefe te siga cuidando... En cualquier momento podemos matarte y aprovechar ese cuerpecito de puto que tienes.

El hombre le dejó caer la cabeza y Off sintió claramente el momento en que se le partió el labio.

A pesar de valer tanto dinero no estaba siendo tratado de la misma manera, pensó con ironía.

Cuando la puerta se cerró esperó a que sus ojos se acostumbraran de nuevo a la oscuridad y miró en dirección del pan tirado.

Extrañaba a Gun.

¿Sabría ya lo que estaba pasando?

Ojalá que no.

Prefería que pensara que lo había abandonado a preocuparlo de esa manera.

Prefería...

... que volviera con Mark...

-Que sea feliz- pensó cerrando los ojos -Si muero que sea feliz... Que ame a alguien más... Que no sufra por mí-

 Que no sufra por mí-

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