C.6.

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Se había duchado, se había peinado e incluso abierto la caja de colonia que nada más usaba para las ocasiones especiales y ahora se abotonaba una de sus camisas favoritas hasta que se miró al espejo y arqueó una ceja.

¿Por qué demonios se estaba arreglando tanto si nada más era una fiesta informal?

- ¡Ahrg! - exclamó Gun, quitándose la camisa y echándola por encima de su hombro, cayendo en la cama. Y de puro nervio se revolvió el pelo hasta parecer que un pequeño tornado había pasado por su cabeza.

...él se sentó en la cama, achantando aquello a los nervios de los últimos días y suspiró cuando Pim atravesó la puerta de su habitación sin llamar.

- ¿Aún así? - preguntó ella, viéndole en ropa interior, y se acercó hasta el armario - A ver qué tienes... no pienso dejarte que uses esas camisas tan serias que te da por vestir últimamente.

- Es la ropa de trabajo - replicó Gun.

- Trabajo, trabajo, trabajo - se burló ella, rebuscando en el ropero.

Gun se sentó en la cama sin dejar de mirar con el ceño fruncido.

- ¿Por qué tuviste que invitarlo?-

Pim sacó una ropa e hizo un gesto de desagrado regresándola a su lugar.

- Me gusta - respondió sin más.

- Está casado - contradijo Gun.

- ¿Y qué? - dijo sin importancia - Me atrae ser la amante de un apuesto hombre de negocios... y a él no parece importarle, ¿cierto? Aceptó de buena gana la invitación - y sonrió a su primo.

Gun se mordió el labio inferior y apretó tanto los puños que se clavó las uñas en las palmas. Sabiendo lo que había ocurrido y Pim tenía la desfachatez de además de hacerle "gozar" con su presencia, ¡intentar conquistarlo!

- Ponte esto - Pim le tiró unos vaqueros negros a la cara sacándole de su estupor, pero para cuando Gun quiso decir algo ella había salido de la habitación y vuelto en unos minutos con una camiseta roja en la mano - Y esto, tu ropa es muy aburrida, habrá que ir de compras...

Pim se maravilló nada más terminó su primo de vestirse y dio su aprobado.

- Ay - suspiró ella - ¿Por qué no seré adoptada? ¿O por qué no habré nacido en otra familia? Que desgraciada soy...-

Pim volvió a reír saliendo de la habitación dejando a Gun frente al espejo admirando su "nuevo" look con el ceño aun fruncido.

Off paró el deportivo afuera de la casa y torció un poco la boca. Estuvo tentado a mirarse en el espejo retrovisor, pero pensó que ya lo había hecho muchas veces por lo que salió con la rosa en la mano directo a la entrada de la casa de Gun.

¿Estaba bien hacer eso?

Cuando aceptó la locura de Pim estaba muy molesto y en verdad dispuesto a hacerle pasar una mala noche a Gun, pero ahora que lo analizaba había muchas cosas que lo ponían en desventaja... Seis años era una de ellas.

Con un suspiro tocó la puerta y esperó.

Al menos estaría un rato con Pim, ya pensaría en qué hacer después.

La muchacha abrió la puerta un tanto sorprendida porque aun no eran las ocho y le sonrió encantada haciéndole pasar.

- Si hasta llegas pronto... - ronroneó Pim, sin dejar de admirarlo. La verdad es que no tenía ningún épice de desperdicio... y se llevó una mano allí donde estaba el corazón con expresión divertida - Ah, voy a sufrir un infarto...

Otra realidad •𝕆𝕗𝕗-𝔾𝕦𝕟•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora