Capítulo 12

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Lentamente los cabellos de Jimin fue soltándolos, pero sus manos hacia las mejillas las deslizó en una suave caricia. Ni lerdo ni perezoso, su cuerpo lo aproximó hasta casi pegarlo al del rubio, que con gusto lo continuaba besando con placer.
El roce de ambos cuerpos lo estaba desestabilizando, hasta el punto de comenzar a sentir deseos, por sentir más allá de un beso. El aire estaba comenzando a faltarle, pero así y todo de los labios deliciosos de aquel seductor hombre, por nada del mundo se quería apartar. La humedad de sus besos, la caricia de su lengua, y esa magnífica sensación casi indescriptible de los besos que Jimin le daba, lo estaba volviendo cada vez más dependiente de esa unión, que por cierto jamás imaginó que se sentiría así de loco por otro hombre.
El ritmo cardíaco no lo podía controlar, ya que la desesperación por continuar con esos besos tan provocativos, llenos de deseos y placer desmesurado, lo estaban descontrolando como nunca logró sentirse así por una mujer.
Fue perdiendo la fuerza y al notar esto, Jimin la posición la revirtió, ahora era él quien dominaba la situación, acorralándolo contra la pared y provocando una calor que lo llenaba de placer.
Esta vez lo tomó de la solapa del saco que llevaba puesto Jungkook, atrayéndolo y pegandolo aún más a su cuerpo. Con su lengua de manera demasiado fogoza, jugaba en el interior de su boca, provocando un temblor en el cuerpo contrario, que una sonrisa triunfadora en su rostro dibujó llena de placer.
Aquel robusto, atractivo y reacio hombre, que se negaba a caer en ese juego de seducción atrevido, lo estaba dominando de tal manera que si seguían así, debajo de las sábanas en poco tiempo terminarían.
Despacio y sin que Jungkook notará nada extraño, fue descendiendo sus manos hasta tomarlo de la cintura con firmeza y atraerlo más a él, rozando así pelvis con pelvis y hacerlo en sus labios, soltar un jadeo cargado de una incontrolable excitación.
Fue en ese instante en que Jimin un poco se alejó de él, y observándolo como aún continuaba con sus ojos cerrados, del mentón lo sostuvo acariciando sus labios con desesperación. Cuando Jungkook sus ojos abrió, obnubilado e hipnotizado en la mirada seductora e instigadora de Jimin, quedó en sus redes atrapado. 

- Jimin: Aquí hay mucha gente, te atreves a estar a solas conmigo, en un lugar más tranquilo y sin espectadores.
-(Insitándolo y provocándolo cuando de su corbata lo agarró, y a sus labios lo atrajo nuevamente, para rozar su lengua en sus finos labios.)

La invitación nunca la imaginó, y la insinuación a lo desconocido, no sabía si negarse o aceptar aquello que lo estaba dominando, y tentando a probar lo que tanto temía. No era fácil estar en su piel, y acorralado se sentía con semejante invitación que ya imaginaba en lo que podía acabar. Pero, realmente estaba dispuesto aceptar una invitación así, o era mejor desentenderse y olvidar todo aquello impensado que estaba viviendo, e irse así como si nada, evitando entrar a ese juego sin salida.

- Jungkook: Acepto, cuando quieras vamos a donde me invitaste.

- Jungkook: Acepto, cuando quieras vamos a donde me invitaste

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Nunca me imaginé enamorarme de un hombre por errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora