Capítulo 11

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- " No puede ser posible, me estoy volviendo loco. Como diablos pudo suceder -(pasándose su mano por su rostro, y agarrándose sus labios.)
Esto no debió suceder jamás, es una verdadera locura y ahora más que nunca, de aquí me debo ir. Nunca debí haber aceptado la invitación de Jiyu, desde el instante que lo vi, de aquí me debería haber ido. Encima ni un maldito cigarrillo tengo, como para calmar esto que estoy sintiendo.
Lo odio, lo odio por hacerme esto, por haberme besado, y yo que no se porque carajo no reaccioné, golpeando ese bello rostro tan perfecto que tiene. Encima esa sonrisa tan encantadora, que seduce a cualquiera, hombre o mujer que a su alrededor este.
¿Qué cosas digo? ya estoy más desequilibrado que nunca. Mejor de aquí me voy, y será mejor no volverlo a ver más.

Su mirada hacia la redonda Luna por unos segundos se perdió, luego respiró profundamente, giró su cuerpo y ya un poco más tranquilo, caminó para ingresar al salón y luego marcharse, ignorando todo a su paso.
El bullicio, las luces y la música fuerte, las fue ignorando mientras avanzaba hacia la salida, pero justo cuando su mirada desvío hacia uno de los laterales, perdido en los movimientos de aquel hombre, una vez más cayó en sus encantos.
Los pantalones negros de cuero que llevaba puesto, marcando esos musculos de sus fornidas piernas, más esos gestos provocativos con su boca y lengua, provocaron en el cuerpo de Jungkook una reacción impensada, que hasta él mismo su entre pierna miró asombrado.
Un calor abrazador fue lo que sintió, al ver como seductoramente bailaba, con esa fastidiosa mujer, que minutos antes los había interrumpido.
El baile sensual con que ella por su cuerpo se frotaba, le hizo sentir unos celos que no los pudo dominar.
Por entre medio de la gente que bailaba, fue avanzando hasta pararse a unos metros de Jimin que hasta el momento ni cuenta se había dado de su presencia.
Su lengua con fuerza la empujaba por toda su boca, dejando ver una expresión de fastidio en todo su rostro, la mirada penetrante con que a ambos no los dejaba de observar, y la furia provocada por los celos, era algo inexplicable para él, que solo estaba pensando en una sola cosa, y en unos segundo más de allí se iría para ya no volverlo a ver nunca más.
Pero el detonante fue cuando Jimin a su amiga de la cintura la sostuvo, la pegó lo más que pudo contra su cuerpo, y al oído le hablaba, mientras ella gestos de placer absoluto reflejaba en su rostro.
En ese instante Jungkook sintió como le hervía su sangre, ardiendo todo su cuerpo con una rabia que ni él mismo comprendía. Tomó aire, (lo poco que allí adentro había) e impulsivamente avanzo hacia Jimin, lo tomó de la muñeca y apretándolo lo arrastró hasta otro lugar. Mientras tanto la mujer pasmada ante la reacción de Jungkook, se quedó parada mirándolo como a Jimin de su lado lo llevaba.
Sin dejar de sostener con fuerza la muñeca del rubio, que sonriendo por detrás de él iba, cuando del salón lo sacó, con fuerza contra la pared lo colocó. Fueron unos segundo que con mucha rabia, a los ojos se quedó mirándolo. Jimin por su parte confundido por su torpe actitud, lo miraba sin comprender todo lo que acababa de suceder. Pero ambos solo permanecieron mirándose a los ojos, hasta que Jungkook de los cabellos rubios de Jimin lo agarró con fuerza, y sus labios a los del seductor hombre los unió en un apasionado beso.
Era inevitable que esto sucediera, así le costara admitir que en los encantos del rubio había caído, ya era obvio que su heterosexualidad a la basura la había arrojado.
No quería dejar de probar esos deliciosos besos, que de esa perfecta boca y su dulce sabor, lo transportaban a esa magia, que solo aquel sensual hombre pudo llevarlo.

Nunca me imaginé enamorarme de un hombre por errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora