[5] One-Shot

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One-Shot 


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Abrió los ojos con pereza e hizo una mueca al sentir los rayos del sol posarse por su rostro. Parpadeo intentando acostumbrarse a la iluminación de la habitación, paso su mano libre por su cara intentando eliminar el sueño.

Bostezo y miro el techo con detenimiento preguntándose dónde estaba, hasta que recordó que ese era el techo de su habitación y que estaba en su departamento.

Sintió algo removerse sobre él y unos cabellos pelirrojos haciéndole cosquillas en el cuello. Confundido dirigió su mirada a la persona que descansaba en su pecho. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a su ex-compañero allí, se sintió mucho más sorprendido cuando cayó en cuenta que estaba abrazando con uno de sus brazos la fina cintura de este, y que tenían las piernas entrelazadas.

Miro nuevamente el techo.

Se quedó anonado por unos minutos para luego tratar de recordar por qué estaban juntos en la misma cama, abrazados. 

A su pesar lamentablemente no estaban desnudos. 

Volvio a observar su pequeño compañero.

Admiro las pecas que salpicaban su cara como si fueran pequeñas estrellas, su nariz pequeña y respingada, la expresión relajada que adornaba su rostro, las mejillas que tenían un leve tono rojizo, su piel tan delicada y suave al tacto. Su mirada bajo hacía sus labios delgados y rosados, se veían suaves y, a su parecer, bastante apetecibles. Inconscientemente comenzó a proporcionar caricias a la pequeña cintura que tenía, y con su otra mano recorrió las curvas que se escondían debajo de sus prendas.

Escucho pequeños suspiros de satisfacción salir de la boca de Chuuya, parecía estar completamente relajado y apacible. 

Los suspiros lo incitaban a mucho más, tan absorto se encontraba pensando en lo perfecto que era su acompañante que olvido por completo su duda principal.

Giro su cuerpo dejando a Chuuya debajo de él, aquel cabello que parecía querer imitar el tono del atardecer se desparramó por la cama.

No pudo evitar quedarse pasmado cuando vio sus párpados abrirse y revelar el hermoso tono azulado de sus ojos, tan parecidos al mar que le daban ganas de ahogarse en ellos.

—¿Osamu? —La voz ronca del más bajo lo saco de sus pensamientos.

Lo miro nuevamente y por fin pudo recordar.

Chuuya y él salían desde hace ya dos años, se regaño internamente por olvidar algo tan importante cómo lo era eso. Pero no podían culparlo, por las mañanas ni siquiera lograba recordar quien era.

—Chuuya —Acaricio el suave rostro.

El mafioso, ya acostumbrado, solo se apoyó en el cálido tacto del otro. Dazai siempre hacia lo mismo.

—Osamu, es demasiado temprano —Dijo somnoliento para después bostezar— Duerme un poco más, ¿Sí?

El pelirrojo cerro los ojos intentando volver a dormir.

Dazai asintió de acuerdo, pero se tomó unos cuantos minutos para recorrer con la mirada al ojiazul. No podía evitarlo, todo se sentía tan perfecto que el sentimiento cálido en su pecho se agrando. 

Chuuya al sentir la penetrante mirada del detective abrió lentamente los ojos, y le sonrió con cariño.

El más alto sintió sus mejillas calentarse y su corazón latir rápidamente, a veces se preguntaba por qué su pelirrojo no era modelo, su belleza era única.

—Parece que no puedes dormir, caballa —Llevo sus manos al revoltoso cabello castaño y lo acarició suavemente— ¿Quieres que nos levantemos a desayunar?

Nego con la cabeza para dejar caer su cuerpo sobre el mayor, abrazo su cintura y escondió su cara en la curvatura de su cuello. Las caricias en su cabello lograban adormecerlo, deseaba quedarse así para siempre.

El mafioso rió enternecido por las acciones del menor.

—Bueno, nos quedaremos así por unos minutos más y luego nos levantaremos, ¿Entendido, bastardo? 

No obtuvo respuesta alguna, por lo que suspiró con una leve sonrisa en sus labios.

—Volviste a dormirte —Afirmo.

La respiración del otro se lo confirmaba, tan tranquila y relajada.

—Siempre es lo mismo contigo.

Miro el techo unos cuantos minutos, y cerro los ojos tratando de dormir nuevamente. Mordió su labio inferior intentando que aquellas dulces palabras salieran de su boca.

—Te amo.

—Yo también te amo, Chibi.

Abrió los ojos con rapidez.

—¿No que estabas dormido? —Reprocho al detective.

Este solo rió divertido. Chuuya sintió la risa vibrar contra su cuello.

—No puedo dormir si tengo algo tan precioso en mis brazos, Chuu~ 

El mayor suspiró para calmar el tono rojizo que se apoderó de sus mejillas.

—Tsk, eres un tonto —Susurro avergonzado.

Dazai solo sonrió con alegría, una alegría que solo Chuuya le hacía sentir.

Cerro los ojos sintiendo un enorme sueño, el pelirrojo nuevamente le acariciaba el cabello. El último pensamiento de Dazai antes de caer dormido fue de cuánto amaba las mañanas.

Eran su mayor adoración si tenía a Chuuya con él.


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Cortito porque no tenía tanto tiempo para hacerlo

Si ven algún error ortográfico no duden en corregirme!

Nos vemos <3

BSD -Soukoku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora