Capítulo 14 - Se revela el misterio

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Los jóvenes siguen por la carretera principal hasta llegar a la desviación que va con dirección al pueblo de Cainita, lo que parecía que iba a ser un día hermoso se está convirtiendo en una mañana sumamente nublada, justo cuando los jóvenes notan el cambio del clima observan la camioneta de Don Luis estacionada en la entrada de las cochineras.

Bellio: Menciona con ironía. —Qué raro, mientras nos acercamos al pueblo se fue el buen tiempo que estaba haciendo. A ninguno de ustedes se les ocurra creer que fue pura coincidencia, que este señor (Don Luis) esté parado aquí por casualidad.

Mauro: —Por supuesto que no es mera coincidencia, estoy bastante seguro que de la posada lo llamaron para notificarle nuestra salida de allí.

Silvio: —Tómenlo con calma muchachos, vayamos a ver y le preguntamos. Tal vez ya habló con el comisario, y nos diga que está en el pueblo esperándonos para hablar con él más rápido, sin perder tiempo.

Cuando los jóvenes se acercan al lugar donde se encuentra Don Luis, Andrea frena su camioneta a un costado de la suya, Don Luis los saluda a todos y les pregunta.

Don Luis: —¿Cómo pasaron la noche en la posada?

Los jóvenes también le responden el saludo.

Andrea: En particular, le agradece con énfasis. —Muchísimas gracias por habernos conseguido la posada, eso estuvo muy bien.

Silvio: No pierde tiempo. —¿Usted no sabe sí el comisario del pueblo ya está en la jefatura?

Don Luis: —Sí, claro. En realidad, regresó anoche de la otra delegación donde se encontraba, personalmente le mencioné que ustedes solicitaban hablar con su persona. En estos momentos el comisario se encuentra en la estación de policía esperando su llegada, vamos jóvenes, síganme, los llevo directo con él.

Entonces, Don Luis arranca su camioneta y pasa al frente.

Silvio: —Se dan cuenta muchachos (Bellio y Mauro), que este señor solo quiere colaborar con nosotros.

Bellio: Responde con algo de enfado y fastidio. —Sí, bueno, solo quiero acabar con esto de una vez por todas, ya estoy harto de tantas vueltas y suposiciones.

Bellio está a punto de perder la paciencia, ya no puede ocultar más su fastidio por la situación en la que se encuentran.

Luego de un rato de camino se aproximan a la entrada del sendero prohibido, para ese momento, ya lo que alguna vez fue una mañana soleada ha desaparecido por completo, la lluvia comienza a hacerse presente en el entorno junto con la niebla, esta última empieza a brotar de los alrededores cercanos a la carretera por ambos costados.

Don Luis acelera, recuerda muy bien lo que sucedió la noche anterior, esta vez pasa por el sendero prohibido sin ningún sobresalto, pero cuando los jóvenes de la camioneta lo hacen, Silvio quien viene de copiloto en la ventana, observa al pasar por la entrada la silueta de una mujer con vestido negro, se desvaneció entre la niebla dentro del camino, voltea sorprendido y le pregunta a su hermano que está atrás de ese mismo lado de la camioneta.

Silvio: —¿La viste? ¿Tú vistes eso?

Bellio: —¿Ver qué? ¿Qué cosa viste y dónde?

Silvio: —Por el camino que acabamos de pasar.

Bellio: —Yo no vi nada ¿Qué fue lo que tú viste allí?

Silvio: —No estoy seguro, creo que solo era la niebla, aunque me pareció ver a alguien, no lo sé muy bien.

Ellos no comentan nada más del asunto, aunque Silvio está muy confundido, cree haber visto a la anciana de sus pesadillas recientes, comienza a pensar que tal vez esa mujer esté involucrada en la muerte de su querida Isabel y los demás, que quizás ella sea la advertencia que les mencionó ayer el abogado Douglas Ramírez en El Piral, es decir, la bruja es la responsable de este viaje.

LA BRUJA "EL SENDERO PROHIBIDO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora