Capítulo 5 - Aumentan las sospechas

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Camino a casa de la madre de Isabel.

Silvio: —Andrea ¿Cómo se encuentra tu mamá?

La señora no se ha recuperado de la muerte de César, quien era su hijo mayor.

Andrea: —Mi mamá vive atrapada en su propio mundo, casi no habla con nadie, por las noches llora todo el tiempo, es como si no quisiera reaccionar ante lo sucedido. A veces creo que ni siquiera nota mi presencia.

Andrea: —Sé que es difícil para todos, pero hay que tratar de seguir adelante, aunque pareciera que esto nunca nos dejará, de alguna forma siempre está presente entre nosotros. Por momentos, tengo la sensación de que se repite día tras día, es como si todo esto no hubiera terminado todavía.

En el otro carro donde van Bellio y Mauro, están teniendo otro tipo de conversación completamente distinta, hablan de temas joviales, más acordes con personas jóvenes.

Mauro: —¿Cuáles son los lugares a donde podemos ir a pasarla bien?, para tomarnos unos buenos tragos, divertirnos, conocer mujeres y hacer las cosas que yo hago en Italia. Estoy acostumbrado a tener una vida nocturna alegre.

Bellio por su parte, también es muy fiestero, a diferencia de su hermano Silvio.

Bellio: —Conozco varias discotecas y tascas a donde podemos ir a pasarla bien, yo las frecuento bastante, he tenido varios romances en esos lugares.

Bellio está muy dispuesto de salir a rumbear con Mauro en Caracas y llevarlo a muchos sitios, la confianza entre los dos se hace cada vez más fuerte, se han hecho tan amigos que incluso Mauro ya le propuso a Bellio ir para Italia en diciembre y continuar las fiestas por allá.

Cuando llegan al edificio donde vive la madre de Isabel, los está esperando desde el balcón de su apartamento, ve a Silvio bajarse del carro de Andrea y lo saluda con sus manos con mucha alegría; él le sonríe desde la distancia y los cuatro suben a su hogar.

Al llegar al piso saliendo del ascensor, se consiguen a la madre de Andrea, la señora Julia, quien está en el corredor desvariando un poco, su hija la agarra y trata de calmarla, los tres hombres ven con asombro la situación, especialmente Silvio, quien no pensaba que se encontrara tan mal la señora; Andrea le acerca a su mamá para que lo salude.

Silvio: Con cortesía. —¡Hola! ¿Cómo está usted? Hace mucho tiempo que no tenía el agrado de verla.

La señora Julia lo observa fijamente a los ojos, después le contesta concierta firmeza.

La señora Julia: —Debes irte, nunca debiste volver, los llevarás a todos al fin, vete ya, antes de que sea demasiado tarde para todos, tienes que irte.

En ese momento aparece la madre de Isabel, quien sale de su apartamento y va directo a abrazar a Silvio, quien al igual que los demás, se encuentra asombrado por las palabras de la señora Julia. La madre de Isabel y Silvio se saludan cordialmente y entran en su apartamento, mientras Andrea lleva a su mamá al suyo.

Andrea: —Muchachos, ya los alcanzo, en un momento estoy con ustedes de nuevo.

La madre de Isabel está muy emocionada de volver a ver a su yerno, parece que se adaptó mejor que los demás a lo sucedido tres años atrás, los recibe a los tres con mucha alegría.

La madre de Isabel: —Les cuento que en una hora estará el almuerzo.

La madre de Isabel: —Hola, Bellio ¿Cómo estás? Tenía mucho tiempo sin verte.

Bellio: —Bien gracias. Y usted ¿Cómo está?

La madre de Isabel: —Aquí estamos, hijo, un día a la vez.

LA BRUJA "EL SENDERO PROHIBIDO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora