15. el imperio rabo de gato

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El grupo elegido se despidió y se fue dividiendose en dos grupos, akiho entró a la casa recolectando todo para guardarlo. Mientras que challe aprovechó el momento a solas para decir lo que realmente quería preguntar.

Challe: oye... kyoka, tú... ¿Qué opinas de ser novios?, ¿Te gusta la idea?.

Kyoka: *mira a challe* si quiero, ¿Acaso tu no quieres?.

Challe: *se sonroja* no es eso, si quiero, pero quería saber que opinabas del tema.

Kyoka: yo si quiero que seamos novios.

Challe: ah... *se sonroja como tomate, toma las mejillas de kyoka y lo besa*.

Kyoka: *corresponde el beso abrazando a challe*.

Mientras tanto con los demás

El grupo llegó al reino de los gatos, y usando a haru como guía caminaron y caminaron, pasaron una noche entera caminando hasta llegar a la ciudad principal del imperio rabo de gato a la mañana siguiente.

Haru: bien, hemos llegado al territorio del emperador bigotitos, no tardaremos en verlo pasear.

Latsu: hace un calor agradable *mira a stefano* ¿No te sientes deshidratado? Stef.

Stefano: no más que una corriente cálida, además akiho me dió esto *enseña una botella de agua y toma un trago*.

Latsu: está bien.

Kurama: bien, ¿Qué deberiamos hacer?.

Haru: para no lucir como unos estúpidos *se pone una capucha ocultando su cara* entrar y pasear.

El grupo entró a la ciudadela, al caminar por sus calles y callejones, vieron una ciudad normal, y un tanto pobre, pero al adentrarse aún más vieron los lujos y la finura, viendo como poco a poco los gatos empezaban a ser utilizados para cargar bolsas o carretas, y al adentrarse más vieron a grandes gatos, tanto o más grandes que michio cargando edificios, algunos iban solos, otros en pares y otros en grupos.

Kurama: wow, si que esto es un verdadero reino de gatos.

Haru: pues claro, aquí solo nacen gatos y peces en el río.

Stefano: ¿Peces gato?.

Haru: esos son mascota, pero nacen más variedad de peces que esa, trucas, luvinas, peces dorados, peces payaso, peces koi, salmón, atún, esturión, y todo lo que se te ocurra.

Latsu: esos son muchos peces de distintos ecosistemas para un río.

Haru: no le busques lógica, ¡Este es el reino de los gatos!, sembramos hierba gatera en vez de trigo, usamos cola de gato como juguetes y relleno de las almohadas, ¡Esto es el reino de los gatos!, ¡El paraiso de los gatos y los amantes de los felinos!.

Kurama: eso se nota mucho la verdad, pero será mejor empezar con esto hablando con el emperador bigotitos, ¿Dónde podría estar?.

Rápidamente trompetas se escucharon, la gente se puso ansiosa, saliendo y limpiando la calle, pronto gatos gigantes empezaron a caminar cargando torres y estatuas del emperador, ellos eran los mejores cuidados, ya que poco a poco mientras más se avanzaba la salud se deterioraba, y aquellos que cargaban la parte más pesada del castillo eran los más deteriorados y cansados, solo eran dos gatos gigantes, quienes lucian con ganas de dormir. Allí kurama empezó a intentar llamar la atención, siendo ignorado por todo el ruido ocasionado por los músicos del emperador y la gente rica gritando emocionada por ser capaces de ver al emperador.

Eso duró poco ya que un disparo al aire se escuchó, el emperador silenció a los músicos y parandose de su trono, dijo serio:

Emperador bigotitos: ¿Quién osa interrumpir el paseo real?.

Kurama: ! *alza la mano* ¡Emperador bigotitos!, debo hablar con usted, ¿Podría hacerlo?.

Emperador bigotitos: luego, cuando termine el paseo.

Kurama: no puedo esperar tanto, esto es importante *empieza a acercarse de entre la gente* necesito que me escuche.

Emperador bigotitos: bien, habla vampiro.

Kurama: !, mire su majestad, me gustaría que usted por favor trate con más tacto a los gatos gigantes, que no los maltrate de esta manera, solo mire a los dos gatos gigantes que ahora cargan su inmenso castillo, ¿No podría aumentar el número?, o mejor para ellos, ¿Dejar de hacer este paseo?.

Emperador bigotitos: . . . *empieza a reír* ¿Bromeas verdad?, esta es una tradición señorito, no puedes simplemente pedir que pare cuando ya he hecho esto desde mucho tiempo, además, ellos están bien así, se la han pasaron durmiendo, deben gastar energía.

Kurama: ¡Esto no está bien!, ellos merecen libertad su majestad, ¿Por qué no se las da?.

Emperador bigotitos: porque así son las leyes en mí territorio, y así se útilizarán a los gigantes dormidos, quieras o no.

Stefano: si su vida estuviera en riesgo, ¿Cambiaría de opinión?.

Emperador bigotitos: tú... ¿Cómo osas a siquiera pensar en que mi vida corra peligro?, ¿No te da vergüenza?.

Stefano: si un rey no se preocupa por su pueblo, podría tener una rebelión y le cortarían la cabeza.

Emperador bigotitos: *traga saliva y dice con voz temblorosa* ¿L-la cabeza?, ¿E-es de verdad lo que dices?.

Stefano: si, aveces pasa, por eso... debería preocuparse un poco más por su pueblo y pensar en una solución que los haga felices a todos.

Emperador bigotitos: pero debe ser con las demás razas, no creo que esto suceda aquí.

Haru: *se saca la capucha* yo no estaría tan seguro.

Nobles y ricachones: ¡Nya!, ¡Es la bestia de la gula!, ¡Ha venido a comerse todo el pescado otra vez!.

Emperador bigotitos: ¡No!, ¡Tú no!, ¡No otra hambruna!.

Haru: hagamos un trato, dejas ir a los gigantes dormidos y yo no haré que pasen hambruna, suena a un trato justo en mi opinión.

Emperador bigotitos: ¡Oh, si!, ¡Si!, ¡Todo menos la hambruna!, ¡Liberen a los gigantes!.

Kurama: ¡Si!, ¡Fue más fácil de lo que creí!.

Stefano: recuerde cuidar su cabeza de una rebelión.

Emperador bigotitos: s-si.

Continuará

nanatsu no magicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora