Art Deco/ Alastor x Reader/

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--------》Narrador omnisciente《---------
Y/N se tuvo que dirigir sola a su habitación, donde estaba Tobías leyendo un libro. Al verte se levantó preocupado y se acercó.
- ¡Por Lucifer!, ¿Qué te pasó?- su preocupación por ti era notoria.
Lo miraste por un rato y lo apartaste, acostándote en tu cama lanzando un suspiro. - Solo me castigaron, no es nada...-

- Pero sobrepasó el tiempo que puede torturar te.- Murmuró. Sentiste como se sentó a un lado de ti, estabas boca abajo.
Su fría mano se apoyó en el número de tu cuello, haciendo que un dolor intenso recorra toda tu columna y enviándolo al resto de tu cuerpo. Pero no te quejaste o algo, te mantuviste inmóvil.
Un suspiro escapó de Tobías y te acarició el pelo. El era el único que dejabas hacer eso, ambos se criaron juntos desde pequeños y era el único al que podías pedirle una mano.
- Solo necesito una siesta, estaré bien, siempre lo estoy.- Dijiste sin muchas ganas. Sentiste como el se levantó y se alejo, así que supusiste que volvió a su lectura.
Poco a poco tus cansados ojos se cerraron.

Te levantaste a las 6:30 am, adolorida y con el cuerpo cansado, pero no te quedaba de otra. Te cambiaste la ropa, arreglandote a la perfección para después dirigirte a los baños. Te lavaste la cara con agua fría, levantaste tu vista al espejo para observarte y viste tu cuello totalmente rojo por lo ocurrido hace rato. 
Suspiraste frotando tus ojos para después empezar a caminar hacia la oficina de padre.

( Me quiero morir porque termine de escribir este capítulo entero y no se guardó XD)

--------》Narra T/N《---------
Nadie hoy después de lo ocurrido podía quejarse de mí cara de culo. Odiaba la sensación de ese castigo de mierda, encima ni me lo merecía, pero una parte de mí se sintió... rara al hacerlo.
Mí atención cambio rápidamente a la oficina de padre. Una presencia oscura y pesada se hizo presente, me acerque lentamente y paré frente a la puerta, no voy a entrar pero tenía algo de curiosidad.
Una presencia aparte hizo que mí atención se dispare a algo que se acercaba a mí de a poco, mí mano se movió a un cuchillo que tengo a un lado de mí cinturón, moví mí cuerpo hacia el lado contrario y di unos pasos, cuando lo sentí demasiado cerca de mí gire mí cuerpo completamente, al no verlo rápidamente me di vuelta con toda la intención de atacarlo, interceptando el arma que tenía el contrario.

- ¡ESPERA ESPERA!- Dice de forma rápida la contraria levantando las manos. Era una chica de piel algo pálida, pelo largo blanco y vestida de forma formal, parecía recepcionista.

- Nombre.- Clave mí mirada en ella, observé como bajó su lanza de a poco, por lo que bajé mí cuchillo también.
- Vaggie, soy Vaggie, solo vengo a acompañar a mí chica a hablar con tu jefe o lo que sea. ¿Quién eres tú?- Preguntó mirándome de arriba a abajo.
- Soy T/N, y fue de poca educación la forma en la que te presentaste siendo que tu eres la invitada y la que debe presentarse, cariño.-
Ella se vió algo enojada por la forma en la que me dirigí.
- No me digas cariño, además tu eres la que asustas con esa presencia tan oscura... ¿Qué eres aquí? - Dijo dando unos pasos atrás, la observé de arriba a abajo para después ver la puerta.
- Solo soy la mayor, nada más ¿Quién es "tu chica"?- Respondí sin muchas vueltas ni ganas.
- ¿La mayor de qué? Y es Charlie Morningstar, supongo que con eso sabes quién es.- Dijo con algo de orgullo al hablar de esa chica.

Suspiré ya con algo de molestia. - La mayor de todos los que hay aquí, y si, cariño, se quién es.- Sabía que era la princesa del infierno pero no me interesaba, es una más como todos nosotros.
- Pero...- Gracias a Lucifer se calló cuando la puerta se abrió. Miré a la joven princesa que no estaba sola, sino acompañada con el mismísimo Lucifer.
Padre estaba detrás de ellos con una sonrisa satisfactoria. - Cuando quiera puede venir a elegir a quien quiera, nadie se va tan rápido igualmente ...- Dijo pasándole la mano a Lucifer.

Mire a Charlie, y hice una leve reverencia, mientras que la de su padre fue más elegante y respetuosa. El último clavo sus ojos rojos en mí, mirándome fijamente, no pensaba dejarlo que me rebaje con la mirada así que me mantuve firme, a lo que él lanzó una leve risa y me dio una palmada en el hombro
Padre los acompañó a la salida, yo observaba desde uno de los balcones del segundo piso como los Morningstar se iban, un leve escalofrío recorrió mí espalda mientras volvía a la oficina, sentía algo raro.

--------》Narrador omnisciente《---------
Te sentaste y esperaste, mientras lo hacías pensaste en que harían demonios de ese rango en casa, sabías que Padre tiene contactos con demonios con alto rango pero jamás creíste que también con los reyes de todo el infierno.
La puerta se abrió de a poco, tu vista no se apartó del enorme cristal que daba al patio trasero, pero sabías quien era.
Se sentó en su silla y te miro fijamente.

- Pues... Parece que por fin volví a recuperar la atención que me merecía.- Habló de una forma algo arrogante. - Vendrán luego de un tiempo para verlos y decidir a quien llevarse. Mientras tanto necesito que todo esto esté perfecto... Tu te vas a encargar.-

- ¿Yo?- Levantaste las cejas algo confusa.
- Eres la más perfecta. Haz que el resto se comporte bien y que no hagan algo que involucre mi estatus y todo mi emprendimiento...-

- Si señor. - Respondiste y te levantaste, antes de salir le diste una leve reverencia. Ya afuera suspiraste. Otra mierda que cargar.

El día pasó de forma tranquila, cumpliste lo que debías hacer y hasta te sobró tiempo para leer algo. Sentías un peso extraño, uno que no sentías hace mucho tiempo. Tu lectura rápidamente te empezó a estresar.
Las letras de a poco te empezaron a marear, provocando un molesto dolor de cabeza.

- Aghh... Mierda debería hacer otra cosa.- Dijiste dejando el libro en el estante que lo sacaste.
Caminaste en círculos un rato, algunos de los chicos te veían algo extrañados por tu forma de actuar pero no te dijeron nada, hasta que uno se acercó a ti.

--------》Narra T/N《---------
- Cele... gracias.- Dijo el pequeño responsable del desastre del candelabro, no me sentía enojada ni estresada o algo, me sentía más que nada tranquila a pesar de todo lo que ocurre.

- No me agradezcas... Por lo menos limpiaron bien.- Dije y cuando estaba por volver a mí caminata me abrazó.
No lo aparte ni le devolví el abrazo, solo deje que el se separe solo.

- Te quiero mucho Cele... ¡Eres la mejor hermana que puedo tener!-
Esa sensación de nuevo... es cálida pero rápidamente desaparece de mí, esas palabras tan... ¿Lindas? No sé si me gustan, pero hacen que algo en mí brote.

- Supongo... ve a continuar tu lectura, aquí no es para esto.- Le respondí algo seco pero bueno, lo recompense con darle unas palmadas en el hombro.
Me sonrió y se alejó de mí. Me quedé parada unos minutos pensando hasta que volví a mí caminata.

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