¿Qué pasaría si los Mugiwaras se hubieran conocido de pequeños en un orfanato de la Marine después de todas sus tragedias?
❝No lo lamentaremos. Preciado en mi vida.❞
❝No importan los problemas que enfrentemos, porque yo te protegeré.❞
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Un...
Había llegado un señor que parecía tener una enfermedad por lo pálido que se encontraba, traía en sus brazos una especie de ¿mapache? con cuernos de reno. Lo dejó en el orfanato despidiéndose de él diciendo que le quería mucho, pero Luffy no lo entendía.
Alguien que te quiere no te dejaría en un orfanato, entonces ¿por qué?
El reno-mapache se fue a esconder. Habían pasado días y el reno apenas salía para comer, solo se escondía de todos, como si les tuviera miedo. Luffy lo buscaba porque quería un nuevo amigo, pero el animalito no cooperaba. Siempre escapaba de todos y cuando lo atrapaban caminando se escondía, o bueno, hacía el intento.
Sabía que podía hablar y eso lo emocionaba más. Fue un momento donde el pequeño animalito casi cae y Luffy pudo atraparlo. El reno le agradeció sin querer queriendo y huyó de la escena del crimen.
Ahora mismo estaba aburrido, acababa de buscar por todo el lugar y no pudo encontrar al reno. Realmente lo quería como uno de sus amigos. Sin embargo, sus amigos ya le decían que lo dejara en paz, ya que se sentía incómodo con todos ellos. Luffy no pudo evitar refunfuñar ante esa afirmación.
Se levantó y se dispuso a seguir buscando hasta encontrar una puerta pequeña detrás de una de las camas. Puso una sonrisa traviesa y entró. Por suerte era un niño, cabía perfectamente.
Era una habitación secreta, había una bandera pirata con algunos pétalos de flores de cerezo, unas cosas de medicina, libros y lo más importante: el reno.
Estaba llorando mientras veía esa bandera pirata. —¿Eres un pirata? —preguntó sorprendiendo al reno.
—¡¿Q-que haces aq-aquí, humano?! —preguntó asustado mientras se alejaba arrastrándose.
—¡Encontré tu habitación secreta, shishishi! —exclamó alzando los brazos. —Entonces ¿eres un pirata?
El reno no quería responder, pero lo terminó haciendo. Extrañamente ese humano le transmitía cierta confianza. —N-No, yo no soy pirata. Pero el Dr. Hiruluk los admiraba.
—Oh, ¿el Dr. Hikuruk fue el señor que te trajo?
El reno asintió.
—¿Y si te quería por qué te dejó aquí? —preguntó viendo como el reno lloraba otra vez. Uh-oh.
—Murió. Él tenía una enfermedad y me dijo que con un hongo podría hacer una sopa que lo curaría. Lo busqué y se lo di. Resultó que el hongo era venenoso y solo acortó la vida del Dr.
Luffy fue hasta él y lo abrazó. Le habían dicho que los abrazos hacían sentir mejor a las personas, o en este caso, animalito.
El reno se calmó. —Gracias... —murmuró.
—Por nada. —sonrió. —Por cierto, ¿cómo es que puedes hablar?