chapter five

103 29 0
                                    

Minji estaba sentada frente a su computadora terminando el trabajo porque había estado ocupada hablando con Haerin como para recordar haberlo hecho.

Cada vez que habría la computadora tenía que resistir la tentación de buscar por Internet cualquier mínima información sobre Haerin, pero su promesa de no buscar nada sobre ella era más importante que su curiosidad.

Estaba apresurando el trabajo mientras esperaba que sonará el teléfono. Esto se había convertido en algo cotidiano, posponer las cosas y luego acostarse en la cama con el teléfono a lado mientras esperaba la llamada de una chica que nunca había visto en persona.

La magia y la imposibilidad de todo el asunto

habían pasado, su interés por Haerin y su vida le habían hecho olvidar lo absurdo que había sonado todo el asunto. Le hizo olvidar lo lejos que estaba Haerin en el tiempo.

Quizás era el hecho de que se había sentido sola. Su familia había regresado a Corea y ella había vivido sola durante los últimos 6 años, sólo tenia una o dos amigas con las cuales llevaba meses sin hablar con ellas.

A veces cuando te sientes sola te aferras a la única persona que te hace sentir que tienes a todos en el mundo. Para minji eso era Haerin, le pregunto cosas que nadie se había molestado en preguntar desde cosas simples como de que tal había ido su día, hasta preguntas únicas como que se llevaría consigo si tuviera 60 segundos para juntar cosas en un refugio antiaereo. No recordaba la última vez que alguien había estado tan interesada en ella, no recordaba cuando se había escuchado por última vez a si misma hablar de cosas que le gustaba hablar.

Así que si, a pesar de la pequeña diferencia horaria (jaja) había una conexión ahí que le importaba, la primera conexión que había tenido en mucho tiempo.

Mientras presentaba el trabajo de codificación de su día, camino distraidamente hacia la ventana no sabía cuantas veces lo miraba al día, desde el "Hola" en la esquina de la habitación, hasta las dos huellas de manos hechas con la misma pintura en diferentes momentos, saber que había algo que demostraba que la chica con la que hablaba existía la hacía sentir tranquila cuando su mundo se desmoronaba.

La foto de Haerin yacía en su espejo, esa bella foto permanecía capturada en un trozo de película que había sobrevivido 50 años bajo la tierra. Entonces mientras miraba el teléfono vagamente manchado de pintura esperando su llamada, no lo vio como perdida de tiempo más bien como una oportunidad de hablar con alguien que se preocupe por ella.

Justo a tiempo el teléfono sonó y contestó con rapidez pero antes de poder hablar ella habló.— 𝘌𝘯𝘵𝘰𝘯𝘤𝘦𝘴, ¿𝘷𝘪𝘴𝘵𝘦 𝘭𝘢 𝘧𝘰𝘵𝘰?.

Minji miro hacia el espejo donde se encontraba la foto y hablo.— Si, lo hice.

Haerin suspiro mientras se escuchaba como se desplomaba en un sillón— 𝘔𝘪 𝘢𝘮𝘪𝘨𝘰 𝘑𝘢𝘦 𝘧𝘶𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘵𝘰𝘮ó.

— Cuando llamaste a este teléfono es porque pensaste que era el verdad.

— 𝘚𝘪, 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘦𝘴 𝘴𝘶 𝘯ú𝘮𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘪𝘯 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘨𝘰 𝘯𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘪𝘨𝘰. 𝘊𝘳𝘦𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘷𝘦𝘳í𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘭𝘰𝘤𝘢.

Minji rio entre dientes— Que no lo estas ya.

— 𝘎𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴— Haerin rio— 𝘚𝘢𝘣𝘦𝘴.. 𝘦𝘴𝘵𝘶𝘷𝘦 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘥𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘰.

— ¿La ciencia? Esto es pura magia de ciencia ficción ¿no?.— Minji dijo medio en broma.

— 𝘉𝘶𝘦𝘯𝘰, 𝘴𝘪 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘦𝘹𝘱𝘦𝘳𝘪𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘤á𝘱𝘴𝘶𝘭𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘺 𝘭𝘢 𝘱𝘪𝘯𝘵𝘶𝘳𝘢 𝘧𝘶𝘯𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘳𝘰𝘯 𝘴𝘪𝘨𝘯𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘺𝘰 𝘦𝘹𝘪𝘴𝘵𝘰 𝘦𝘯 𝘵𝘶 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘢𝘥𝘢 𝘭í𝘯𝘦𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘺 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘦𝘯 𝘢𝘭𝘨ú𝘯 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘵𝘶 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘦𝘹𝘪𝘴𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘢𝘯𝘤𝘪𝘢𝘯𝘪𝘵𝘢.

— Sigues...

— 𝘌𝘴𝘰 𝘥𝘦𝘣𝘦𝘳í𝘢 𝘴𝘪𝘨𝘯𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘢𝘥𝘢 𝘯𝘰 𝘴𝘢𝘣í𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘹𝘪𝘴𝘵í𝘢𝘴 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘶é𝘴 𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘦𝘯𝘻𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘢 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘳... 𝘤𝘳𝘦𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘮𝘱𝘦𝘻𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘢 𝘮𝘰𝘥𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘳 𝘮𝘪𝘴 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘵𝘶 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘺 𝘢𝘨𝘳𝘦𝘨𝘢𝘳 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘳𝘦𝘢𝘮𝘰𝘴.

— Entonces....por que no me has visitado aún.

— 𝘊𝘰𝘮𝘰 𝘥𝘪𝘫𝘦, 𝘱𝘰𝘥𝘳í𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘢 𝘰 𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳 𝘢𝘭𝘻𝘩𝘦𝘪𝘮𝘦𝘳 𝘰 𝘴𝘪𝘮𝘱𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘯𝘦𝘨𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘱𝘰𝘳 𝘶𝘯𝘢 𝘳𝘢𝘻ó𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘢ú𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘰𝘯𝘰𝘻𝘤𝘰.

— entonces por qué no me dejas buscarte en Internet.— Haerin sabía sobre el Internet por Minji que se había pasado horas platicandole lo que era.

— 𝘚𝘪𝘮𝘱𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦... 𝘯𝘰 𝘭𝘰 𝘴𝘦. 𝘚𝘪𝘮𝘱𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘮𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘭𝘢 𝘪𝘥𝘦𝘢 𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘪 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘣𝘳𝘦𝘤𝘩𝘢 𝘥𝘦 50 𝘢ñ𝘰𝘴 𝘯𝘰 𝘦𝘹𝘪𝘴𝘵𝘪𝘦𝘳𝘢, 𝘦𝘴 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯 𝘵𝘶 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘴𝘰𝘺 𝘶𝘯𝘢 𝘢𝘯𝘤𝘪𝘢𝘯𝘢 𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘵𝘢𝘯 𝘭𝘦𝘫𝘰𝘴 𝘭𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘰𝘵𝘳𝘢, 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘶𝘣𝘳í𝘳 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘮𝘪 𝘺𝘰 𝘷𝘪𝘦𝘫𝘰 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘥𝘦𝘮𝘰𝘴𝘵𝘳𝘢𝘳í𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘢𝘮𝘪𝘴𝘵𝘢𝘥 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘴𝘦𝘳𝘪𝘢 𝘯𝘰𝘳𝘮𝘢𝘭.

— ...Entiendo y siento lo mismo.— dijo Minji en voz baja.

— 𝘎𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘺 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪é𝘯 𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘮𝘢𝘯𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳 𝘵𝘶 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘦𝘴𝘢.

— No ahí nada que agradecer— Minji sonrio y miró el reloj— ya debería irme a dormir mañana temprano tengo una reunión con algunos colegas.

— 𝘋𝘪𝘷𝘪é𝘳𝘵𝘦𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘴𝘰— Haerin rio— 𝘉𝘶𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦𝘴 𝘯ú𝘮𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘲𝘶𝘪𝘷𝘰𝘤𝘢𝘥𝘰.

— Buenas noches anciana— minji bromeó.

— 𝘰𝘺𝘦 𝘯𝘪 𝘴𝘪𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘺-

— Aún no jaja, descansa Kang hasta mañana. Minji termino.

𝗙𝗟𝗢𝗥𝗘𝗦 𝗗𝗘 𝟭𝟵𝟳𝟬 - 𝘔𝘪𝘯𝘳𝘪𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora