Vení, pasa.
Ordené este cuarto para tu comodidad.
La cama la tendí ayer, pero como no me acosté no la desordené.
Vení, pasa. Entra y sentate en este sofá. En frente vas a ver una mesita con golosinas, y con esos sanguchitos de miga que tanto te fascinan.
Vení, pasa. Sentite libre de agarrar cualquier manta de las que hay, para tapar y cobijar cualquier inseguridad, o frío que llene tus huesos y los haga tiritear.
Vení, pasa. Afuera está lloviendo y hace frío, sé que te encanta este clima pero solo si no te moja el agua, y si el invierno no te hace temblar. Acá adentro está calentito, y hay olor a café. O a leche con chocolate, o a chocolate solo, o a lo que te haga sentir cómodo.
Vení, pasa. Acá podes respirar, y suspirar, y gritar y patalear. Acá adentro podés descansar, es mi comodidad, pero la comparto con todo el amor del mundo si es que la necesitas.
Pasa, acostate, come, tapate. Pone lo que quieras ver en la tele, si querés, hasta lo vemos juntos. Acá adentro tengo velas, sahumerios, perfumes y cremas. Acá dentro tengo cientos y miles de peluches y pochoclos, películas y dogos, acá adentro tengo todo, para que te sientas cómodo. Tengo una ventana que da directo a la luna, y a las estrellas, que hoy deciden salir para dejarse ver por vos. Acá dentro lo tengo todo para que te sientas cómodo.
Vení, pasa. Confía.
Mientras te toco el pelo y te acaricio las cicatrices, en ésta cama podés dormir en paz. Y a la tarde, te hago la merienda. Y a la noche, la cena. Y como está lloviendo, entre medio jugamos a lo que quieras, vemos lo que se te antoje, picamos lo que podamos. Cómo está lloviendo, te voy a cobijar, para que el frío no te haga temblar. Para que el calor de las mantas, del café, del horno y de mis brazos, te arrebaten el sabor helado que te dejó el invierno pasado.
Acá adentro, todo está bien. Acá dentro, las goteras que llevo yo nunca te van a mojar a vos.