Cap.2

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Narra la narradora.

Un nuevo día comenzaba y en el hogar de nuestra protagonista la podemos ver como ella se encontraba de nuevo en su habitación ya ordenada y con todo desempacado, ella estaba leyendo un libro sentada en un pequeño lugar que había en su ventana, estaba tranquila hasta que escucho como tocaban a su puerta y después entraban sin esperar respuesta.

De ella entro un pequeño niño como de unos 5 años de edad muy sonriente con algo en su mano, ella sonrió al verlo pues sentía que esos pequeños eran los únicos que la apreciaban y la querían pues el amor de un niño es lo mas puro, el niño se acerco a ella muy contento.

-Tia, tia mira, mira lo que encontré-dijo contento acercándole lo que tenia en su mano a la chica, ella se incorporo bien para ver que traía el niño.

-A ver que es Jarean-dijo con una sonrisa, el niño le puso en su mano un pequeño pichón de una especie de ave en sus manos, ella vio al animalito con sorpresa y preocupación-do....donde lo encontraste-dijo seria viendo al niño.

-En el jardín trasero cerca del gran roble, lo escuche cantar y fui a buscarlo lo encontré debajo de un montón de ramas-dijo inocente.

-Ya veo-dijo viendo al pequeño animal y después al niño-llévame si porfa-dijo amable y sonriéndole al niño este asintió, tomándola de la mano y guiándola.

La chica dejo su libro en el lugar que estaba sentada y se dejo guiar por el niño, ambos salieron al espacioso jardín y caminaron casi al borde de la gran propiedad donde se encontraba un gran roble antiguo, el niño la llevo a un lugar y después le señalo una pila de ramas que estaba allí.

-Alli encontré al pajarito, estaba solito y parecía asustado y por eso te lo lleve a ti porque tu cada vez que mis hermanos y yo estamos tristes y asustados tu nos consuelas-dijo inocente y la chica hizo una cara de ternura y después le dio un beso al niño en su frente-no los podemos quedar-dijo viendo al animalito.

-No Jarean no podemos el debe estar en su hogar y esa es la naturaleza debe de ser libre-dijo cálida viendo al niño-además el debe de extrañar a su mama, tal como tu extrañas a la tuya cuando se va a trabajar no crees-dijo viendo al niño y este lo pensó.

-Si tienes razon Tia, pero que haremos-dijo viendo a la chica.

-Fácil lo devolveremos a su hogar, a lo mejor estaba tratando de volar y se cayo del nido-dijo seria viendo hacia las ramas del arbol.

-Pero eso no es allí arriba-dijo señalando lo alto del arbol el niño con preocupación-como subiremos la escalera no es tal alta-dijo viendo a la chica.

-No pero tengo una idea de como subir-ella se dirigió a un lado del arbol donde estaba un columpio de rueda, ella le entrego el pajarito al niño-bien Jarean cuando yo te diga me pasaras al pajarito ok-dijo y el niño asintió para el no era nuevo ver como su tia se subía al columpio parada y después subía al arbol con gran agiles, ella a veces era muy buena haciendo truco leves, pero bueno ella subió y cuando llego a donde quería le hablo al niño-bien dámelo flaco-dijo llamándolo con uno de los apodos que le solía decir a su sobrino.

El niño obedeció y le dio el pajarito a su tia esta subió hacia el arbol y se puso a buscar el nido del animalito estuvo subiendo mas ya que no encontraba nada hasta que por fin lo encontró, el nido tenia otros dos pichones ella sonrió y dejo al pequeño pichón en el nido.

-Bien pequeño ya estas a salvo se feliz siendo libre-dijo cálida viendo al pajarito acurrucarse con sus hermanos-muchos aunque queramos no podemos porque nos cortan las alas-dijo decaída, ella se quedo allí por un momento pero al escuchar a su hermana decidió bajar.

-Jarean aquí estas, donde esta tu tia, Lourdes me dijo que los vio venir hacia aquí-dijo tranquila la mujer al niño.

-Mami-dijo abrazando a su mama pues no la veía desde la mañana que se fue-que bueno que veniste mas temprano y papa-dijo contento.

El Destino no esta escrito en oro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora