Narra la narradora.
Un nuevo día comenzaba y en el hogar de nuestra protagonista la podemos ver como ella se encontraba de nuevo en su habitación ya ordenada y con todo desempacado, ella estaba leyendo un libro sentada en un pequeño lugar que había en su ventana, estaba tranquila hasta que escucho como tocaban a su puerta y después entraban sin esperar respuesta.
De ella entro un pequeño niño como de unos 5 años de edad muy sonriente con algo en su mano, ella sonrió al verlo pues sentía que esos pequeños eran los únicos que la apreciaban y la querían pues el amor de un niño es lo mas puro, el niño se acerco a ella muy contento.
-Tia, tia mira, mira lo que encontré-dijo contento acercándole lo que tenia en su mano a la chica, ella se incorporo bien para ver que traía el niño.
-A ver que es Jarean-dijo con una sonrisa, el niño le puso en su mano un pequeño pichón de una especie de ave en sus manos, ella vio al animalito con sorpresa y preocupación-do....donde lo encontraste-dijo seria viendo al niño.
-En el jardín trasero cerca del gran roble, lo escuche cantar y fui a buscarlo lo encontré debajo de un montón de ramas-dijo inocente.
-Ya veo-dijo viendo al pequeño animal y después al niño-llévame si porfa-dijo amable y sonriéndole al niño este asintió, tomándola de la mano y guiándola.
La chica dejo su libro en el lugar que estaba sentada y se dejo guiar por el niño, ambos salieron al espacioso jardín y caminaron casi al borde de la gran propiedad donde se encontraba un gran roble antiguo, el niño la llevo a un lugar y después le señalo una pila de ramas que estaba allí.
-Alli encontré al pajarito, estaba solito y parecía asustado y por eso te lo lleve a ti porque tu cada vez que mis hermanos y yo estamos tristes y asustados tu nos consuelas-dijo inocente y la chica hizo una cara de ternura y después le dio un beso al niño en su frente-no los podemos quedar-dijo viendo al animalito.
-No Jarean no podemos el debe estar en su hogar y esa es la naturaleza debe de ser libre-dijo cálida viendo al niño-además el debe de extrañar a su mama, tal como tu extrañas a la tuya cuando se va a trabajar no crees-dijo viendo al niño y este lo pensó.
-Si tienes razon Tia, pero que haremos-dijo viendo a la chica.
-Fácil lo devolveremos a su hogar, a lo mejor estaba tratando de volar y se cayo del nido-dijo seria viendo hacia las ramas del arbol.
-Pero eso no es allí arriba-dijo señalando lo alto del arbol el niño con preocupación-como subiremos la escalera no es tal alta-dijo viendo a la chica.
-No pero tengo una idea de como subir-ella se dirigió a un lado del arbol donde estaba un columpio de rueda, ella le entrego el pajarito al niño-bien Jarean cuando yo te diga me pasaras al pajarito ok-dijo y el niño asintió para el no era nuevo ver como su tia se subía al columpio parada y después subía al arbol con gran agiles, ella a veces era muy buena haciendo truco leves, pero bueno ella subió y cuando llego a donde quería le hablo al niño-bien dámelo flaco-dijo llamándolo con uno de los apodos que le solía decir a su sobrino.
El niño obedeció y le dio el pajarito a su tia esta subió hacia el arbol y se puso a buscar el nido del animalito estuvo subiendo mas ya que no encontraba nada hasta que por fin lo encontró, el nido tenia otros dos pichones ella sonrió y dejo al pequeño pichón en el nido.
-Bien pequeño ya estas a salvo se feliz siendo libre-dijo cálida viendo al pajarito acurrucarse con sus hermanos-muchos aunque queramos no podemos porque nos cortan las alas-dijo decaída, ella se quedo allí por un momento pero al escuchar a su hermana decidió bajar.
-Jarean aquí estas, donde esta tu tia, Lourdes me dijo que los vio venir hacia aquí-dijo tranquila la mujer al niño.
-Mami-dijo abrazando a su mama pues no la veía desde la mañana que se fue-que bueno que veniste mas temprano y papa-dijo contento.
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El Destino no esta escrito en oro.
De Todo-Siempre he vivido en una sombra, siempre he sido despreciada, siempre me he sentido una inútil que no vale nada. Nunca he creído en nada de lo que se cuenta, el amor, la amistad, el cariño eran conceptos que vagamente conocía ya que no sabia si las...