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─ ¿Tenemos leche en casa?

Jennie se desplazó por la lista que había escrito en su aplicación de notas. ─No está aquí, así que diría que sí... Vamos a la sección de higiene, ¡necesitamos champú y jabón!

Lisa empujó el carrito y siguió a Jennie, que miraba a su alrededor para ver si encontraba alguna de las cosas que necesitaban en casa.

Sus risitas tontas de hacía un año, llenas de la emoción de experimentar un nuevo nivel de independencia viviendo solas y haciendo la compra para su propia casa, habían desaparecido ahora. Lo que quedaba era el cómodo silencio, la compañía de la otra endulzando una actividad tan mundana.

─Oh, creo que está aquí, ─ Jennie se dirigió a uno de los pasillos, Lisa la siguió. Pero en lugar de lo que necesitaban, el pasillo estaba lleno de artículos para bebés. Lisa tragó saliva.

Jennie suspiró. ─ ¿Por qué cambian la distribución todo el tiempo? Seguro que antes estaba aquí....

Sin embargo, mientras caminaban por el pasillo, Lisa tenía otra pregunta en la cabeza. Pero ni siquiera se atrevió a abrir la boca.

Hablar de su futuro no era un problema 一 habían sacado el tema cuando decidieron asistir a la misma universidad e irse a vivir juntas, y de alguna manera estaba presente en los comentarios juguetones sobre que darían de comer a las palomas cuando fueran dos ancianas.

Era concretamente el tema de tener hijos, el que Lisa no se atrevía a sacar. Sobre todo, porque, por lo que había podido leer en internet para estar segura, el embarazo era un tema... delicado, que podía agudizar los traumas. Por supuesto, no era el caso de todo el mundo, pero no quería arriesgarse a hacer sentir mal a Jennie, sobre todo cuando los recuerdos manchados con las lágrimas de su novia se habían hecho un hueco en su mente. No quería hacer resurgir el fantasma de aquellos comentarios repugnantes y escenas amargas que Jennie tuvo que soportar una vez en la escuela.

Sabía que su novia tenía una sensibilidad especial por los niños [Lisa pensó que tenía sentido; ella tenía el mismo corazón puro que ellos]. Aquellas sonrisas tiernas y sobre todo las risas brillantes que Jennie dejaba escapar cuando estaba con un bebé hablaban también de su adoración por ellos. Sin embargo, que Jennie quisiera o no tener hijos propios era un misterio total para Lisa, y había decidido que seguiría siendo así hasta que fuera la morena quien sacara el tema. No era para tanto; al fin y al cabo, no es que no tuvieran toda una vida por delante.

Aun así... A veces, Lisa tenía miedo de permitirse soñar, porque一 ¿y si se ilusionaba con un futuro que construía sola? ¿Si sus sueños y los de Jennie no van de la mano?

─ ¿No te gusta esto? ─ La dulce voz la sacó bruscamente de sus pensamientos, como una rosa en el centro de un tornado. ─Ir de compras juntos, quiero decir. Siempre me siento como si fuéramos una pareja casada, ─ Jennie soltó una risita, y entonces sus ojos se abrieron de par en par por un segundo. ─ ¡Oh, está aquí!

Caminó hacia la zona que buscaba, totalmente ajena a lo que su pequeño comentario había hecho en el corazón de Lisa; como si hubiera tirado de una cuerda y ahora latiera con una vitalidad renacida. La menor trató de mantenerlo bajo control, aturdida, y lamentó no tener un anillo en ese momento. Habría sido genial sacarlo de su bolsillo, arrodillarse y decir algo como: ─ ¿Por qué no convertirse en uno entonces?

Suspiró, una oportunidad desperdiciada.

Alcanzó a Jennie, encontrándosela de puntillas, luchando por alcanzar uno de los botes de champú del estante más alto. Se rio suavemente, poniéndole las manos en la cintura. ─ ¿Necesitas ayuda, cariño? ─ murmuró, y la levantó abrazándola por la espalda, y la bajó cuando oyó un pequeño ─ ¡yay! ─ de la chica.

NIGHTTIME - JENLISA ┃ G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora