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Aunque tener acceso a follarse a Jennie mientras duerme fue en su día una idea que volvió loca a Lisa, ahora está... un poco harta de ello. Bueno, quizá no cuando se le pone dura en mitad de la noche, o cuando tiene que trasnochar y Jennie la espera en la cama, ya dormida, con una nota colocada en la parte baja del vientre 一 una flecha apuntando a su coño y un 'úsame' escrito allí.

Pero, aun así. Cuando el placer desaparece junto con el preservativo usado que tira a la basura, sólo queda una sensación de anhelo. Los gemidos de Jennie en su oído, sus dedos tirándole del pelo, sus ojitos llorosos mirándola. Sus besos, que caían como miel sobre sus labios, y los sentimientos que se filtraban entre ellos. Los te amo que escapaban de sus labios y hacían crecer el placer de Lisa mientras la follaba, como si fueran palabras sucias para el corazón.

Amor.

Lisa quería hacer el amor con Jennie. Aquellas noches unilaterales satisfacían su placer, pero, aunque seguía siendo el cuerpo de la chica a la que amaba, no era suficiente para llenar su corazón.

Jennie ya había expresado lo mucho que echaba de menos sus labios, su cuerpo, su pene. Ya sea aquella noche en la que estaba tan necesitada y le ofreció calentarle la polla, ya sea en los mensajes que le envió mientras Lisa estaba en su descanso del trabajo, la chica traviesa enviando vídeos y audios mientras se tocaba a sí misma suplicando por su polla, hablando de lo mucho que necesitaba su lengua en su coño, chupándole el clítoris, dejándole los pezones llenos de su saliva.

Lisa le había prometido que la compensaría por todas las noches que habían pasado separadas y la haría enloquecer de placer, a medida que se masturbaba en una de las cabinas del baño, perdiéndose en la voz entrecortada y los gemidos de Jennie, en las imágenes que creaban sus sucias palabras.

Esta noche pensaba cumplir sus promesas; especialmente una relacionada con una fantasía que Jennie la había confesado cuando le rogó despertarse atada y usada toda la noche, teniendo orgasmos hasta que llorara y su cuerpo no pudiera soportarlo más.

Por eso, el día anterior, Lisa le tenía preparada otra sorpresa.

Cuerdas.

Tras un beso de buenas noches y una hora entera a oscuras viendo vídeos, Lisa encontró un tutorial que le gustó. Se sentó y miró a su novia, asegurándose de que Jennie estaba dormida con un par de toques donde sabía que le hacía más cosquillas. No hubo reacción, así que continuó.

─ Ok, entonces esto debería ir aquí... ─ Murmuró concentrada. Sus manos hicieron otro nudo en el cuerpo desnudo de Jennie, comprobando que se pareciera al que se mostraba en el video y que no estuviera demasiado apretado.

Lo celebró con un pequeño ─ ¡sí! ─ una vez que terminó su obra maestra, mordiéndose el labio ante el espectáculo que tenía delante.

Ciertamente, la idea de hacer el amor podría, a primera vista, parecer contradictoria con las cuerdas trenzadas a lo largo del cuerpo de su amante. Pero ¿quién dijo que tenía que ser sólo sexo vainilla, lento y apasionado? ¿No se trata de sentimientos y placer? El amor y las fantasías no se excluyen mutuamente, según habían aprendido por el camino.

El corazón de Lisa latía con fuerza por la forma en que las cuerdas se hundían ligeramente en los suaves muslos de su amante, cuyas piernas estaban abiertas y obligadas a permanecer en flexión por los nudos que las rodeaban. Otra cuerda rodeaba sus pechos, llamando aún más la atención hacia ellos de lo que siempre lo habían hecho sólo por su tamaño, y rodeaba su espalda donde tenía los brazos atados, sin permitirle más movimiento que el de las muñecas. El precioso diseño terminaba en su ombligo.

Al instante se le hizo la boca agua y ya se le estaba formando un bulto en los calzoncillos. Lisa no perdió el tiempo y se arrodilló, acercando la cara a su comida. Esta noche planeaba despertar a Jennie con orgasmos, no importaba si tenía que forzarlos desde su cuerpo.

NIGHTTIME - JENLISA ┃ G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora