VI

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Vale, Becky era tranquila, alguien calmada. Así que lo normal sería que no estuviera metida en situaciones aventadas, por así decirlo.

Pero si ha estado involucrada en algunas, pero era porque decidía hacer algo que sabía que podía salir mal.

Como cuando terminó en la cima de un árbol con Freen, cuando junto a Nam corrieron de la policía y se escondieron media hora debajo de un puente. O cuando con sus hermanos estuvieron en un McDonald's a las tres de la madrugada, y había más ejemplos.

Y en todas las opciones sabía a lo que se metía, así que sabía cómo es que terminó ahí.

Entonces, ¿cómo termino sentada en el regazo de Freen?. Literalmente estaba sobre ella, apoyando su mejilla sobre el hombro de la mayor. Y no sabía porque, o como llegó.

Bueno, tal vez estaba muy nerviosa y su cerebro estaba haciendo cortocircuito. Suele pasar.

Oh, y está segura de que parece un tomate en este momento.

—¿Estás cómoda, Becbec?—. Sarocha sonrío a la chica sobre ella, rodeándola con sus brazos.

—Uh, si, gracias—. La castaña dejo que su rostro siguiera apoyado en la morena, escondiéndolo ahí.

La contraria tarareo suavemente en respuesta, dando un vistazo rápido al sonrojo en la inglesa. Podía sentir como la mejilla de esta quemaba agradablemente sobre su hombro, probando la intensidad del rubor.

Eso afianzo su sonrisa, feliz de que su pequeño truco funcionara.

Hoy tenían una especie de asamblea en la noche, el director junto con los maestros darían una charla para cada curso. La charla para ellas terminó hace quince minutos, pero ella quería quedarse para acompañar a Becky

Los gemelos se fueron a quien sabe donde y dejaron que su hermanita escuche la charla por ellos. Ya era de noche, hacía frío y Becky no tenía ni asiento, ni una chaqueta gruesa.

Cosas que Freen si tenía, así que le propuso acostarse sobre ella. Podrían compartir su chaqueta, y descansaría de estar parada durante horas.

Freen volvió a mirar a la chica cuando sintió como se movía, acurrucándose mas. La pelinegra resistió el impulso de besar su frente, apretando su abrazo.

Y ahora que la veía, ¿por qué no usar una línea de coqueteo? La situación era buena, ambas estaban cerca y ya ha demostrado que sabe hacerlo.

—Es una linda noche, ¿no?—. Empezó suavemente, mirando el cielo lleno de estrellas.

—Si, es agradable—. Becky la imito, contemplando la vista.

—Pero tengo algo enfrente mucho más lindo—

Freen miró directamente a Becky, captando la mirada de esos ojos ámbar. Los cuales prácticamente brillaron en la oscuridad de la noche, haciendo que se ruborice levemente.

—Tú—. Concluyó, acariciando cariñosamente un mechón de cabello castaño.

Armstrong se sonrojó de nuevo, escondiendo su cara en su cuello. Poco después sintió una pequeña sonrisa contra él, seguida de una risa suave.

Una risa que se le contagió, haciendo que también se ría, mas fuerte. Como amaba esa risa, la amaba mucho.

Rebecca cerró los ojos avergonzada, aunque sonriendo levemente. Esos juegos de Sarocha eran lindos, tontos, pero lindos.

Tal vez le seguiría el juego otro día.

Coquetear ||Freenbecky||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora