Ese alguien [Ruikasa]

I : Por primera vez

Se encontraba en Kamiyama High School, un colegio para tanto para hombres como para mujeres, es decir, un liceo mixto. Al contrario de la otra escuela de la ciudad: Miyamasuzaka girl academy, de exclusivamente para sexo feminino.

Tsukasa Tenma, nuestro protagonista, como se mencionó antes, es parte de Kamiyama High School. Él era caracterizado por ser uno de los chicos más raros de la escuela, siendo bastante ruidoso. Francamente, él fingía que no le molestaba aquellas palabras ajenas, pero en realidad se sentía bastante mal, haciendo que disminuyera su nivel de hiperactividad. Al hacerlo poco a poco, nadie se daba cuenta; además, no es que digamos que hablara con muchas personas.

Al disminuir lo extrovertido de él, llegó el punto en que Tsukasa sobre pensaba, buscando inconcientemente en qué pasaría si tomaba aquella decisión u otra.

Mucha gente pensaba que Tsukasa era bastante idiota en términos de inteligencia. Se podría decir que así era; el colegio y los estudios no le iban muy bien al chico, su razón era simple: Mayormente estudiaba un día antes de la prueba, con suerte si estudiaba.

Aún así, esto no era de forma negativa el porque lo hacía, se podría decir, positiva. Él tenía una hermana hospitalizada por su enfermedad junto a su hermano menor adoptivo. Dos hermanos el tener que cuidar solo. La familia Tenma tenía unos padres bastantes ausentes, la deuda hospitalaria pendiente apenas se calificó como dinero del padre y su madre, el 90% aproximadamente, era la economía de Tsukasa que ganó en sus anteriores trabajos de menores.

Efectivamente, una familia presente pero ausente, un golpe directo para Tsukasa.

El timbre de entrada a clases se escuchó por el liceo. La voz de adolescentes desesperados y aburridos anhelaban el que terminara pronto el liceo. Afortunadamente para ellos ya estaban en el segundo semestre con dos semanas de conteo.

Por más que tuvieran su suerte, también cabía lo que menos esperaban y deseaban, llegaba nuevamente los exámenes en todas las materias posibles, ahora estaban la mayoría de los profesores repasando el material para el próximo examen.

...

La profesora de primera clase se estaba tomando su tiempo para tener que empezar, algo que realmente le agrado a media clase, pero estaban curiosos por saber la razón, puesto a que se notaba un poco ansiosa y desesperada.

Se escucharon unos golpecitos en la puerta, más el suspiro de alivio de la mujer.

Al abrir la puerta, estaba la inspectora del liceo; ambas mujeres empezaron a susurrar cosas.

Algo de pelo morado se veía débilmente detrás de la inspectora, no parecía moverse mucho, como si esperara que terminara la conversación pronto.

- ... Bien... ¡alumnos, presten atención! - Dijo la maestra tras unos minutos de charla.

La mayoría que se encontraba jugando y moviéndose por todo el salón, tras las palabras de la mujer, se sentaron todos rápidamente con desesperación.

- Daniel, siéntate - Hizo una mirada furiosa hacia el alumno, quien al ver esto, se sentó entre dientes -. No sé si sabrán, pero contamos con una... perdón, un nuevo alumno.

Varios empezaron a murmurar cosas, mientras entraba el chico de pelo púrpura teñido, que se notaba por las visibles raíces de su pelo natural de color castaño, tenía también puntas teñidas de color cian.

- Habría que ver cuánto durará por su pelo teñido. Es bastante llamativo... - Pensó Tsukasa, que ya tenía toda su atención ganada por el chico nuevo.

- Silencio, por favor - Habló nuevamente la profesera, callando nuevamente a casi todos-. Daniel... gracias. Verán, como les he dicho antes, tenemos alguien nuevo en el curso. Se llama E...

- Rui Kamishiro, me llamo Rui. Un gusto. - El joven interrumpió a la profesora, sin dejar que terminara la presentación que tenía para él.

La mujer sonrió amargamente tras la interrupción dada, ya se podía ver que lo tomó bastante mal. No se llevaría tan bien con el joven.

- Ah, claro. Bien, puedes sentarte junto al joven Tsukasa... - Las palabras de la maestra hizo que el hombre mencionado se lleve una sorpresa.

- Mierda... - Pensó casi en voz alta el rubio, levantó la mano para que el nuevo tuviera la idea de quién era el tal Tsukasa.

Rui asintió con su cabeza suavemente para luego dirigirse a su asiento correspondiente.
Se sentó en el lado de la ventana, dejando sus cosas con cautelo para no hacer ruido y no tener que molestar a la profesora.

Al sentarse, se esparcía un aire tenso entre ambos personajes, pues ninguno hizo algún movimiento con sus labios.

El rubio estaba muy nervioso, como si quisiera hablarle por puro estrés del silencio e incomodidad, pero admitía que le daba vergüenza. Lo mismo pasaba con Rui.

Así pasó todo el momento, los dos anotaban apuntes de lo que decía la profesora, pero ninguna charla entre ambos.

Los demás compañeros de clase murmuraban cosas por el nuevo, ya decían que podía ser alguien rebelde por su pelo teñido, desgraciadamente, Rui escuchaba toda esa conversación, sintiéndose bastante incómodo, aunque fingía que no.

- Tiene cara de masoquista, pero se ve muy lindo, ¿a qué no? - Una voz femenina se escuchó en todo el salón en voz alta. El tenso silencio arrasó en toda la clase, hasta la misma maestra sentía que no podía hablar, fingiendo que repasaba en su libro, así que apenas se limitó a darle una mirada fugaz a la mujer que habló.

Rui quedó quieto, pero su mirada nerviosa y con miedo estaba más dirigida a la ventana, sin embargo, su reflejo delataba la cara que hacía, pues Tsukasa podía ver con un poco esfuerzo su rostro facial.

Tsukasa parecía muy nervioso al sentarse con aquel, hubiese preferido hasta estar con el que más odia antes que con el nuevo. Le era muy incomodo, más aún cuando se cruzaban miradas, rechazando está acción rápidamente entre ambos, como dos imanes del mismo lado.

Un ambiente de lo más tenso, como resumen. Los demás compañeros se reían de esto ante sus reacciones.

Al sonar el timbre del fin de clases, Rui no movió ni un solo músculo para levantarse, algunos se preguntaron si era porque quería quedarse dentro o no sabía si era la hora del receso.

Tsukasa al ver que Rui de rehusaba a moverse, agradecía solemnemente que él mismo no estuviera en el lado de la ventana, porque de verdad quería salir afuera, ya que si hubiese estado en esa parte, en vez de pedir permiso para salir, estaría quieto como una roca por la vergüenza de pedir permiso.

Fin del primer capítulo: Por primera vez.

Muchas gracias por leer la historia. <3