Ese alguien [Ruikasa]

III : Incomodidad

Podríamos ya calificar el lazo entre el joven Tsukasa Tenma con el nuevo compañero de curso, Rui Kamishiro, un fracaso. No hacían absolutamente nada juntos. Apenas se cruzaban unas pequeñas miradas.

Lo peor para los dos, es que tenían que sentarse obligadamente juntos. Podían cambiarse, pero les daba una profunda vergüenza y pena en tener que dejar al otro y que pensara que lo odiaba.

El joven Tenma rezaba para que alguien se interesara en Rui y pudiera conversar con él, con el objetivo encubierto de cambiarlo de puesto.

Mientras que el joven Kamishiro esperaba que rápidamente acabará la clase, no odiaba ni le caía tan mal a su compañero, simplemente no sabía cómo enlazar una amistad con este. Esperando que el contrario diera el primer paso.

Si es que seguían así, pasarían meses de incomodidad infinita y agria. Posiblemente, creando rumores de ambos.

- Este chico... que vergüenza - Estos eran los pensamientos que invadían en la mente del rubio, buscando alguna idea o excusa para hablarle y acabar con el ambiente tenso -. Quiero hablarle, pero... Agh, mejor no, ni puedo, seguro ya me ve como alguien aburrido.

- ¿Por qué me mira tanto...? Mierda - En cambio, los pensamientos de Rui, los cuales temblaban en él, evitando las leves miradas de su compañero -. Me estoy poniendo nervioso... ¿Cómo es que se llamaba? No, no lo dijo.

Se escucharon unos pasos pesados, era un profesor de mediana edad, comúnmente hacía clases de física, pero como los miércoles no hacía clases a la primera hora, varias veces reemplazaba al maestro faltante de la clase.

Se escucharon unos suspiros y quejas de varios alumnos, especialmente de mujeres, antes de que el suplente se diera la posiblidad de siquiera entrar al aula.

- ¡Silencio, ya! - Una voz alta y gruesa llamó la atención, donde varios se callaron, excepto un grupo lleno de mujeres, cual no le tienen tanto respeto al hombre -. Damas, por favor.

La petición del hombre fue un disgusto ante ellas, hicieron unos suspiros y muecas antes de hacer silencio y sentarse correctamente en sus puestos.

El hombre era de pelo azabache que le llegaba apenas a las orejas. Era de tamaño promedio entre personas masculinas. Habían rumores por doquier de él: Usaba a las mujeres del instituto para sus beneficios, tiraba piropos en privado, manipulaba a las mujeres, bajaba un poco las notas de las jóvenes, etc.

Llegó a tener muy mala reputación, sin embargo, aunque el mismo director ya sabe de esto, él con el profesor son amigos de infancia. Su carrera la tenía asegurada.

Se dirigió a su escritorio y puso sus libros encima, luego, abrió el libro de asistencia. De repaso vio los nombres, hasta que llegó al apellido de la letra "K" que le llamó bastante la atención, pues no había ningún alumno con esa inicial de apellido.

- ¿Quien es el nuevo? - Su tono de voz fue rápida, entre agresiva y curiosa.

La pregunta hizo que unos cuantos dedos señalaron a Rui, quien ahora mismo deseaba desaparecer y no volver jamás.

- Ah... Un hombre... - Él mismo se hizo una ilusión de que era mujer, por lo que cayó decepcionado - Bienvenido.

El pelimorado dio una obligada sonrisa, para no tener que hablar, pues le dio una mala espina el profesor.

- ¿Nombre? - Preguntó otra vez, está vez secamente ya que el joven no le haya dado su nombre, cuando ni él mismo se presentó solo porque no era una mujer.

- Eh... Me llamo Rui...

- ¿Rui? - Por un momento pensó que solo dijo su apodo, sin embargo, para no seguir alargar la conversación, no dijo nada más - Meh... Bien.