Ese alguien [Ruikasa]

IV : ¡¿Más?!

La veía feliz, como mayormente estaba. Parecía estar bien. No tenía nada extraño al menos visiblemente, aunque, de un momento a otro parecía estar sumida en sus pensamientos, pero, era lo normal para ella... ¿no?

No, demostraba lo poco que puedo saber sobre mi hermana. Lo inútil que yo llego a ser, todo esto me acuerda a mi padre y a mi madre, donde nunca se toman el tiempo en preguntarnos cómo nos sentimos en un día tan deprimente.

¡¿Cómo es que no supe cómo se encontraba mi propia hermana menor?!

Era su mismo bienestar no, es su mismo bienestar. Doy asco.

Quizás... papá siempre tuvo razón... solo... No, no. Aguantar todo ese dolor psicológico y tonto debe estar para mí, solo yo.

Haré todo mi esfuerzo posible para hacer que Saki pueda volver a... despertar. ¡Sonreiré para ella y Toya! Todo sea por ellos, que necesitan mejor infancia, presente y futuro de lo que están obteniendo ahora.

Mostraré mi mejor lado solo por ellos... No por otros. Seré...

...

No, no puedo. Me duele saber que tendré que ser alguien que no soy, sin embargo es lo mínimo que puedo hacer para ocultar la cruda verdad de mi familia, no aceptaría que sucedería algo y me alejara de mis hermanos. Quisiera que la gente supiera que solo soy introvertido, un llorón, no que se ríe y piensa en cosas estúpidas, soy literalmente un niño, apenas unos 14 años, pero que ya tiene la visión del mundo en algo alterado, lo contrario que lo ve alguien de infancia, cosas positivas y lindas. Yo no puedo, desde pequeño me trataron casi como basura, cuidando yo de mis hermanos. La vida es repetitiva y simple: naces y tienes que esforzarte para vivir más, aunque de todos modos caerás. Tienes que estar pensando en cosas positivas, pero por más que lo intentes, tendrás que luchar con personas que no están de acuerdo a ti y te trataron de una manera completamente absurda, solo por ser tú, donde aquellos destruirán tu forma de ver a algo negativo.

Me iba a dirigir al comedor, luego de supongo que unos 10 minutos en mi habitación. Tuve que cambiarme la ropa porque la sentía extraña, supongo por las inútiles lágrimas.

Estaba Toya en el comedor, sentado en la orilla, parecía aburrido y jugaba con la comida servida.

No parecía tener humo, por lo cual había gran probabilidad de que me estaba esperando hace un buen tiempo y ya estaba completamente frío el almuerzo.

- ¡Tsu... Tsukasa! - Me vio y me sonrió, para luego sentarse en una postura correcta - ¿Estás bien...?

- ¡Obvio, ja, ja! Estoy perfectamente bien, querido hermano

- Eso es bueno.

- ¡Sip!

Me senté al lado de Toya, para empezar a comer. Realmente no me apetecía nada, ni la más mínima cosa. Al parecer a mi hermano tampoco le aparecía algo... o era porque su comida estaba fría.