VIII : Anhelando en llantos

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Las gotas de las nubes recorrían por las ventanas, creando ruido parecido al de un chasquido, donde caían en el suelo.

Las pocas personas presentes vestidas de colores apagados por el infortunio caso salían del lugar.

Dejando la flor blanca donde corresponde, las pisadas ajenas intentaban el no salir corriendo por respeto hacia la difunta.

La puerta se cerraba y abría cada que pasaba alguien, creando un repetitivo y aburrido sonido.

Dentro solo éramos cuatro, casi dos personas frente al ataúd de mi hermana menor junto a su foto, donde salía sonriendo, antes de saber que caería de esta horrenda manera.

Toya le rodeaban silenciosas lágrimas en sus mejillas, siendo arrebatadas por sus manos, en su pequeña inundación.

Me preocupaba por él en como estaba. Quisiera abrazarlo, disculparme. La discusión con mi hermano y la... muerte de mi hermana fueron tan unidas, sin dejarme si quiera poder pensar en alguno.

Mi hermano parecía menor de lo que era en como estaba llorando. Quería llorar también, me aguantaba las lágrimas, era difícil, pero no tenía que estar llorando frente a Toya.

La criada de Toya sacó suavemente a mi hermano del asiento donde estaba él, sin lastimarlo ni física ni psicológicamente.

Me hizo a mí y a la niña restante una seña en que nosotros también deberíamos volver a nuestro respectivo hogar.

Yo negué.

Ella negó.

Nos dió una sonrisa de haberse rendido, le dio la mano a Toya y salió. El sonido al abrir nuevamente volvió.

Miré a la chica restante. Era aparentemente de mi edad, tenía el pelo largo y castaño.

Linda, sin duda.

Creo que era amiga de mi hermana menor, ella a veces hablaba sobre su mejor amiga, que la visitaba a escondidas en el hospital.

Honestamente, no sé dónde se conocieron excelente pero dicen que las verdaderas amistades se crean en los hospitales o funerales.

...

Dejé mi flor en el ataúd de Saki, me quedé parado al lado del grande objeto, procesando lo que más entendía de la situación.

Sentí como derrepente unas lágrimas se apoderaban de mí, llenando mi cara de aquello que tanto intenté de ocultar.

Un cálido abrazo junto mi corazón que empezaba a acelerar, por sentirme tan nervioso gracias al tacto.

Al voltear, era la chica de pelo castaño, me sonría comprensiva. Alejó sus delgados brazos, cortando el abrazo que jamás pensé que desearía más de eso.

- Lamento mi abrazo inesperado, fue... - Habló, su voz era suave y tranquila, pero un poco apenada al parecer - Una reacción. También lamento lo de tu pérdida.

- Ah, eh... No, no, no sucede nada... Sobre el abrazo, claro. Y gracias...

- ¿Er... Es tu hermana?

- Sí. Mi hermana menor, Saki.

- Ya veo - Se quedó callada unos momentos,  mirando a la foto de Saki -... Lo lamento, debe ser difícil. De todos modos, seguro tienes a quien te apoye en esto. Siempre hay alguien, ¿sabes? Si es que uno lo busca, claro.

Hablaba con arrepentimiento y nostalgia. Su manera de hablar era como si fuese alguien mayor que yo... Con experiencia en estas lamentables situaciones.

- Gracias. ¿Cómo te llamas?

- Me llamo Eleny. ¿Tú eres Tsukasa, no? No sé si me conozcas, pero, soy amiga de Saki. A veces la visitaba en el hospital para entretenerla. Debe ser aburrido estar allí, ¿no crees?

Ese alguien [Ruikasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora