Capítulo 07

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Resulta ser que mi padre ha elegido un restaurante de esas caras para ir a cenar. Ahora tengo un grandísimo problema llamado «no sé qué ponerme para ir». Pues no es un secreto que poco y nada salgo de casa. Y si llego a hacerlo, definitivamente no es para ir a cenar a un restaurante de 5 estrellas. Así que si, tengo un pequeño, grande, problemita.

Estaba tratando de combinar una falda corta con un top con magas de tul, son mis favoritas y las más elegantes que tenía, cuando alguien golpea a mi puerta.

—Pasa.

La cabeza de mi madre se asoma, frunzo el ceño cuando echa un último vistazo afuera y entra presurosa hasta llegar a mi.

—Oye, debes de decirle a tu padre que no puedo ir a la cena.

La miro confusa. Ella mira a la puerta de nuevo, seguro temerosa de que en cualquier momento venga papá a mi búsqueda.

—Tú no estabas invitada— le digo. Ella me dedica una mirada mordaz.

—Lo estoy Keith, para que lo sepas. Tu padre me ha invitado y realmente no pretendo ir, así que invéntale cualquier excusa.

Suspiro. Es inevitable no maldecir a papá cuando hace este tipo de cosas, había dicho que solo seríamos él, su novia y yo. ¿Desde cuando salir con mamá a cenar era una buena idea?. Me giro a seguir observando mi vestimenta en el espejo.

—Tendrás que ir, el pago también depende por la cantidad de personas que entran en la reservación. Papá no pagará en vano por tu culpa.

—¡Me vale que pague demás!— masculló. Alcé la mirada encontrándome con la suya a través del espejo.— No debió de hacer la reservación sin avisarme antes.— dijo cruzándose de brazos.

—Entonces dile tú.

—Lo haría, pero no se despega ni un solo segundo de su novia— lo último lo dijo con una expresión asqueante en el rostro. Puse los ojos en blanco.— Dile que me toca turno de noche en el hospital.— comenzó a ir hacia la puerta.

—¿Por qué debo de decirle yo?— protesto mirándola. Ella prácticamente se gira como el exorcista, dando incluso miedo.

—Porque es por ti que ahora debo de aguantarlos en MI casa. En vez de ser agradecida, Keith O'Sullivan.

Ni siquiera me dio tiempo a responder cuando salió de mi habitación dando un portazo como una hermosa despedida. Solté una maldición comenzando a pensar en que haría. Mamá no podía no ir, sería una pérdida de dinero grande, para ser solo en una noche. Aunque bueno, la culpa en parte la tenía papá, ¿por qué no se lo dijo antes?, estoy segurísima que se ahorraría malos ratos de ese modo. Ahora tendría que pag-

Observé el florero que descansaba sobre mi escritorio, ese en el que iba adornado los lindos tulipanes que Austin me había obsequiado.

Mis propios pensamientos se cortan al saltar a otro en donde se me ocurre una espectacular idea. Sonrío corriendo hasta mi teléfono y tardo unos segundos en marcar el número, aunque al final lo hago, marco el número de mi querido amigo el don burlón.

—¿Alo? ¿Keith?, Dios, realmente debes de extrañarme bastante como para llamarme. Oye, apenas nos hemos visto hoy, es comprensible pero igual-

—Sion, cállate ¿quieres?.

—Oww, bueno. ¿Qué ocurre?.

Suspiré antes de pensar en si me arrepentiría o no de aquello. Aunque bueno, ¿tan malo podría estar ya la situación?. No digo que lo estaría si Sion- BUENO YA, ¿le vas a decir o no?. Si, voy a hacerlo.. pues venga.

—¿Te apetece ir a cenar conmigo y mi padre?.

Silencio.

Sion se toma unos segundos en responder, aquello me extraña un poco.

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