H.

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Se encerró en el baño, en ese horrendo cubículo en el que siempre se resguardaba de las risas de sus compañeros. Bajó la tapa del inodoro y se sentó allí, aguardando a que las lágrimas cubrieran sus ojos, dejando ir sus penas. El nudo en la garganta, que no hacía más que darle ganas de gritar cuanto odiaba al mundo, le impedía llorar. Él se impedía a si mismo hacerlo.
No llores, marica. Se decía para si, provocándose migraña.
Las continuas burlas respecto a su vestimenta, aspecto y humor áspero no hacían más que enfadarlo, pero lo que peor lo ponía era cuando lo insultaban por ser más inteligente, superior o diferente a ellos.
Una gota recorrió su mejilla, y habiendo notado su propia debilidad, hizo que otras más la siguieran. Un llanto desconsolado, del cual no estaba muy orgulloso.
Se sentía una verdadera basura, pues sus compañeros lo hacían sentir así. Escapar del aula había sido la mejor opción para dejar de escuchar su constante parloteo. Encerrarse en ese baño resultó ser una buena forma de ocultarse. Y escribir en la pared pareció ser algo para dispersarse y mantenerse ocupado.
Garabateó unos insultos, presionando con fuerza la lapicera, entre sollozos un poco mas apagados y suspiró exhausto.
-¿Te encuentras bien?- Una voz completamente desconocida se escuchó en el espacio continuo. Aun seguía con dolor para poder decir algo, así que dejó que el silencio fuera su mejor traductor. Además de que sentía vergüenza. -Esta bien si no quieres hablar, no te obligaré, pero no esta bien que te desquites con la pared del baño, no es su culpa.- Ningún ruido, ninguna emoción se despertó en Louis que seguía pensando en lo miserable que era. -Viendo que te gusta escribir y no hablar... ¿porque no me escribes una nota y la pasas justo por aquí abajo?
Lou miró al suelo, a donde había un pequeño espacio justo debajo de una pared de madera que dividía su baño del otro donde estaba aquél individuo que no lo dejaba llorar en paz. Cortó un trozo de papel higiénico y escribió unas palabras, para luego tenderle la carta al chico de al lado, pasándola por abajo de la pared.
Bete a la mierda. Rezaba el papelito. La risa del otro lo extrañó, no era una risa de burla, en verdad le había causado gracia aquél gesto.
-Esta bien no te molesto más.- Louis alcanzó a ver como el papel caía al suelo, y luego de oír al muchacho tirar la cadena del inodoro se agachó a tomarlo.
Vete se escribe con V, bruto!
Ojala te mejores.
H.
Se apresuró a secarse las lágrimas para ver quien era ese joven que había sido tan amable con él, pero al salir no había nadie allí.
Y entonces se sintió peor por haber sido tan grosero con él.

Amor se escribe con H. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora