Homosexual.

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En el patio de la escuela podía ver a un par de niñas saltar la soga, y otros tantos niños corriendo por el predio. Era el recreo de primaria y él estaba fuera de clases. Le habían encargado que fuera a buscar una amonestación para él mismo, pues la profesora de historia estaba furiosa con él por haber llegado a clases tan tarde. Iba quejándose entre dientes. 
-¡Louis!- Lo llamaron desde atrás, antes que pudiera llegar al pasillo que dirigía a la oficina del departamento de alumnos. Volteó con el poco ánimo que implicaba escuchar a alguien en ese momento. -Te estuve buscando.- Increíble, de repente todo el mundo lo buscaba. -¿Qué hacías en el baño en desuso?- Preguntó el profesor de lengua, su favorito.
-Em- em...- Tartamudeó sin encontrar una escusa, no quería confesar la verdadera razón. -Estaba conversando con un amigo.
-Conversando...- Susurró mientras caminaba al lado de Louis, directo a la oficina. -Un amigo, ¿eh?
-Si-si. Se llama...- No terminó la frase, pues no sabía más que su apodo.
-Louis, siempre he querido hablar contigo respecto a tu... A tu manera de mantenerte callado siempre.
-¿Qué- qué ocurre con eso?- Ese acto repentino de no saber como formular una oración coherente sucedía siempre que se ponía nervioso.
-Me he preguntado la verdadera razón de todo este asunto.- Se detuvo en seco, obligando al castaño de pocas habladurías a hacer lo mismo. Este solo se encogió de hombros. -Lou, tu me acabas de decir que conversabas en el baño, y ambos sabemos bien, bueno, que tu no conversas.- El silencio pareció eterno, solo con el ruido que produce el timbre de finalización del recreo de los más pequeños. -Ahora dime, cuando me dijiste que te gustaba un chico, ¿te referías a este compañero del baño?- Louis no tuvo más alternativa que asentir con la cabeza gacha. Como si tuviera que estar avergonzado de su amor. -Bueno... Supongo que... Tendré que... ¿Sabes si el muchacho siente lo mismo?
-Eso espero.- Pronunció suavemente por sus finos y delgados labios.
-Bien, hablaré contigo en otro momento, tengo una clase que comienza justo ahora. Tu ve a buscar tu amonestación y vuelve al aula pronto. Ah y dime, es él quien te ayuda con ortografía, ¿verdad?
Lo dejó solo por completo, algo extrañado y aliviado a la vez. Se sentía bien admitir de una vez por todas que H le gustaba.
Al otro día se encontró a si mismo yendo con una enorme sonrisa a ese lugar que consideraba su favorito en el mundo. Pues no es el sitio lo que lo hace el mejor, sino con quien lo compartes. Y adoraba compartir su espacio secreto con H.
-No sabes cuanto me alegra que estés aquí.- Dijo H cuando descubrió que Lou había llegado. -Tengo que... Que confesarte algo.
El ambiente se volvió tenso. El clima de una mañana de principios de primavera hizo que el frío les recorriera por sus delicadas pieles, gracias a la ausencia de abrigos por finalizar la época invernal. Un miedo mezclado con duda hizo que su cabeza palpitara con dolor.
-Soy gay, Lou. Y mi padrastro sabe eso. Ayer... Luego de que me regañara por no contestar sus llamadas, por ocultarme aquí, por ser tan marica respecto al aniversario de muerte de mis padres... Le confesé todo. Juro que creí que se apiadaría de mi y le daría lástima, pena e incluso tendría compasión. Creí que me abrazaría y por primera vez en mi vida me sentiría a gusto con él. Pero nada fue así.- Un leve sollozo, acompañado de una sobada de nariz.
Que hizo el? Te lastimo?
-Si.- Las lágrimas brotaron por sus ojos y por los orbes celestes de Louis también.
Lo siento tanto.
-No es tu culpa, Lou. No es tu culpa ser así de encantador...- Era una notoria indirecta, cualquiera se percataría de aquello, pero estamos hablando de Louis Tomlinson, el ser con menos conocimiento del razonamiento humano. -En fin, ya no se que hacer. Tengo miedo de regresar. Y tengo miedo de hacerle caso. Él sospecha sobre lo que yo hago en mis tiempos libres. Tiene una teoría alocada. Y tengo el presentimiento que pronto me prohibirá verte.
A mi? Porque? Si ni siquiera me az bisto aun.
-No a ti exactamente. A venir aquí. Y por favor, visto con v corta y has con h y s.
No le hagas kso. Por favor. Yo te necesito. Le había resultado difícil admitirlo en ese papel.
-No pensaba hacerlo.
El timbre sonó, y esta vez no se quedarían más tiempo allí, ninguno quería más reprimendas.
Louis se acercó a la puerta para salir, no sin antes dejar en el suelo para que H lo viera bien, un papel con su puño y letra.
Por cierto, yo también soy homosexual. Salió entonces, de prisa, preguntándose si eso habría sido un error.
H lo recogió, y con una sonrisa de alegría salió guardando en su bolsillo la hoja.

Perdón que sea corto pero era necesarioooo. Y perdón que tardé en actualizar.
Los amoooo.

Amor se escribe con H. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora