Capítulo IX: Realidad - Elion

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Volvieron a estar en la cueva, en la Tierra y no un mundo lleno de magia. La vieja casa del abuelo de Romina aún estaba allí, aunque había cinta policial tirada por el suelo y amarrada en algunos troncos de árboles.

El par de amigos se acercó a la casa, miraron por una de las ventanas, viendo en el interior varias cajas de cartón que no estaban hace cuatro días, espera ¿solamente han pasado cuatro días desde que comenzaron las vacaciones y llegaron a esa casa? Elion sentía que habían pasado muchas cosas para tan poco tiempo.

Intentaron abrir las ventanas y puertas para entrar, pero ninguna cedía.

Minutos después de agotarse en averiguar el cómo entrar a la casa, se habían sentado en la orilla de la playa.

—¿Qué es lo que haremos ahora? —preguntó Elion.

—No lo sé, hemos vuelto, la casa está cerrada y...

Romina se quedó dormida al escuchar la sirena de una patrulla de policía acercándose, y como una luz del interior de la casa se encendía.

El par de niños se levantaron y buscaron esconderse temiendo que fuese algunos de las personas que buscaban raptarlos.

De la casa vieron salir a la madre de Elion. Del vehículo salió un policía que se acercó a la señora, conversaron un rato antes que el policía sacase una linterna de su cinturón.

Los niños salieron de su escondite y corrieron a los brazos de la señora Juana.

Los tres estaban emocionados y con lagrimas en los ojos. El policía supuso que su trabajo ya estaba hecho, y deseando una buena madrugada, se devolvió a su vehículo.

En el interior de la casa, los adultos les inundaron en preguntas, queriendo saber dónde estaban y qué había sucedido.

—Lo bueno es que se encuentran bien —dijo el padre de Romina.

—Yo aun no entiendo por qué escaparon del centro decuidado —volvió a decir la madre de Romina mientras tomaba un sorbo de su tazade té.

—Volvamos a dormir todos, que durante el día terminarán de ordenar las cosas para volver a la ciudad —finalizó la conversación el padre de Romina.

Elion y Romina fueron a lo que eran sus habitaciones. Todo estaba tal como lo habían dejado, las maletas abiertas encima, y lo que parecía poco movimiento.

Durante el día, guardaron las últimas cosas que habían logrado sacar.

En la noche, subieron las maletas y bolsos almaletero del auto, y con todo listo, se subieron al vehículo y volvieron a laciudad.

Elion durmió todo el camino.

Travesía a lo DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora