Capítulo 6

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Sergio permanecía sentado en la sala de su casa mientras esperaba a Max volver de su viaje. Según Yuki, Pierre le había dicho que llegarían por la tarde ya que había salido una reunión de imprevisto a última hora.

Aún se sentía un poco nervioso, su amigo le había aconsejado usar ropa muy provocativa, pese a que había prometido cumplir al pie de la letra, no se había atrevido a llevar a cabo lo dicho, decidió usar su ropa de siempre, eso sí, la ropa interior si era algo picante, cosa que solo podría descubrir el alfa si caía en "sus encantos".

Perdido en sus pensamientos no escucho a Alice llamarlo.

—Señor Wolff ¿Señor Wolff?.

—Ah, lo siento, dime.

—Sus padres están aquí.

—¿Ambos?.

Antes de que Alice pudiera decir algo más, su padre, seguido de su madre entraron a toda prisa.

—Buenas noches —dijo Sergio, y se acercó para recibir el beso más falso que su madre podía ofrecer.

—Buenas noches, hijo —respondió su madre y se sentó convenientemente apartada de su padre.

—Veo que estás bien —dijo su padre sin ceremonias, con su característico sarcasmo.

—No puedo quejarme, padre.

—Me alegra oír eso. Estábamos preocupados por ti.

Sorprendente noticia, pensó Sergio con cinismo mirando a sus padres.

—Sergio, querido, hemos venido para...

—Déjamelo a mí —interrumpió don Antonio— esta no es una visita social de esas que tanto le gustan a tu madre. Vengo de una reunión con mis abogados, pese a que insisten en demandar al... a tu marido, he querido darle una última oportunidad de arreglar las cosas amistosamente.

—Max no está —dijo Sergio.

—Lo sé. Preferimos hablar contigo, tu madre me ha convencido para ver si a través de ti podemos convencer a tu esposo de que deje de jugar y cumpla lo estipulado en tu contrato prematrimonial.

—Sergio, hijo, ya sabes lo que tenemos en juego. —su madre lo intentó con el chantaje emocional— Tu padre ha retrasado todo cuanto ha podido la acción judicial, pero ya no nos queda otra alternativa.

—Exijo una respuesta satisfactoria. —su padre elevó la voz— No voy a permitir que un nuevo rico quiera tomarme el pelo.

—Antonio, por favor —pidió su esposa señalando a Sergio con la mirada.

—¡Me da igual que sea el esposo de tu hijo! —saltó exasperado— ¡Nos está tomando por tontos! ¡Y eso no se lo consiento a nadie! Por muy marido que sea de tu hijo. —miró al aludido con desprecio— Y tú, niñato ingrato, deberías saber lo que te conviene y de qué lado estás.

—Padre, por favor. —Sergio, conociendo de primera mano el carácter agresivo de su padre, intentaba calmarlo y evitar una desagradable escena, ahora no estaban en su casa y los empleados, que sin duda iban a oírles, podrían contarle todo a Max .

—No me vengas con disculpas. ¿Crees que tu esposo va a respetarte siempre? ¿Va a apoyarte cuando ya no le sirvas? Abre los ojos Sergio, Se casó contigo por interés y tú, como el omega estúpido y sin cabeza que eres, te has creído que todo este lujo te pertenece y ahora te pones en contra de tus padres.

—Eso no es así —protestó Sergio con vehemencia.

—¿No? Por favor, no seas iluso, te has casado con un hombre que no dudará en dejarte tirado cuando ya no seas el florero adecuado para pasear de su brazo.

Matrimonio por conveniencia  (Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora