Supe que el universo había alterado el orden natural de las cosas cuando recibí aquella llamada.
Para cuando llegué a la estación de policía, su madre ya había reconocido el cuerpo. Su padre y su hermana mayor también estaban ahí. Escuché sus llantos desconsolados y sus gritos desgarradores. Ella, apacible, estaba postrada en la camilla. Tenía la piel violácea, los labios carentes de color y los ojos sin un ápice de brillo. Me pareció que todo era una broma y que en cualquier momento se levantaría y pronunciaría mi nombre.
Al día siguiente, observé en silencio cómo la sepultaban bajo tierra. Luego no volví a verla.
Eso es todo lo que recuerdo.
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ELLA YA NO ESTÁ
Teen FictionA raíz de la pérdida de su novia, Yongsik acarrea no solo una profunda depresión, sino también un terrible bloqueo de escritor. Sin poder acabar su más reciente novela, se ve obligado a mudarse indefinidamente a la isla de Namhae. Es ahí donde conoc...