CAPÍTULO 5

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Odio los domingos, no hay un día que me parezca más triste que un domingo, y todavía es más triste si el día anterior salistes y cuando llegastes a tu habitación no pudistes dormir en tu cama y terminastes durmiendo en el descansillo, como me pasó a mi.

— De verdad, lo siento. Pensé que te habías venido ya y por eso no te esperamos— se excusa mi compañera mientras se tumba a mi lado en mi cama.

— No importa.

—¿De verdad? — insiste—Es que me siento muy mal al saber que viniste andando desde tan lejos.

—No vine andando.

—¿No? —sacudo la cabeza—¿Y como viniste?

—Me trajo Kyle.

Término de decir la frase y se levanta de la cama como si del exorcista se tratara para mirarme con los ojos como platos. —¿Qué le pasa?—.

—¿De verdad te trajo a la residencia?

— Sí ¿Por qué te sorprende tanto?

— Porque él no deja que nadie se monte en su moto si no es él o su hermano— se vuelve a tumbar en mi cama— A mi ni siquiera me ha dejado acercarme.

—Que raro.

—Raro no es, ya que tu eres...

Cierra la boca asustada como si hubiera cometido un error y eso hace que incorpore con curiosidad esperando a que me lo cuente.

—¿Yo soy qué?— pregunto — ¿Por qué siempre tengo la sensación de que me ocultas algo?

—Yo...tú...

Me quedo esperando a que termine la frase pero como si fuera obra divina tocan a la puerta de la habitación.

—¡Voy yo!

Se levanta como un rayo para abrir la puerta y entra Owen chorreando agua por todos lados.

Me giro a mirar por la ventana, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba lloviendo, bueno más bien diluviando, parece que en cualquier momento se van a inundar las calles.

—Hola chicas — dice quitándose la sudadera que gotea a mares para dejarla en el cesto de la ropa de Lizzy— Venía a buscarte para ir a comer con mis padres.

—Mierda, la comida. Se me había olvidado— maldice— Bueno no importa, siéntate que me arreglo y nos vamos.

—Lizbeth...

Intenta refutar Owen pero lo calla con un beso y en ese momento es cuando se me vienen a la mentes los recuerdos con mi novio haciendo que un sentimiento de tristeza se instale en mi pecho.

—Cinco minutos, te prometo que no tardo más.

Owen se gira a mirarme con cara de aburrimiento, como si tuviera que vivir esto todos los días.

— ¿Qué tal Kiry? — se sienta en la cama de Lizzy— Perdona por lo de ayer, no sé en qué estábamos pensando.

— Yo creo que si se en lo que estaríais pensando— me río y él baja la cara rojo.

—Lo siento .

—No importa, al final me trajo Kyle.

— Espera ¿Kyle te trajo?— me mira sorprendido,—¿Pero qué tiene de sorprendente?— Qué sorpresa.

Cuando voy a preguntarle el por qué le parece raro ver si él me da más información de lo que iba a decir su novia antes, ella ya aparece vestida y maquillada, lista para irse.

— Ya estoy—agarra el bolso y se acerca a despedirse con un abrazo que acepto y sale corriendo de la habitación— ¡Adios!

Me debato entre salir a dar un paseo para relajarme o ponerme a estudiar o adelantar temario que todavía no hemos empezado, y al final acabo inclinándome por la segunda opción.

Notas de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora