Notas de amor

CAPÍTULO 6

— Este te quedaría bien.

Me muestra un bañador de dos piezas rosa del que cuelgan dos perlas atadas a la parte superior del bikini.

Me acerco a donde está para examinarlo mejor y niego definitivamente al darme cuenta de que en la parte posterior del bañador está bordado la palabra "SEXY" en dorado.

—Estoy buscando algo menos...llamativo.

Me giro a seguir buscando y me desespero tratando de encontrar uno sencillo, sin bordados ni estampados despampanantes. Voy a dirigirme a buscar al dependiente pero aparece mi compañera con un bikini negro y sencillo.

—Este está bien, no es llamativo— se apresura— Además es el último que queda.

—Vale, me lo probaré y...

El sonido de la campana timbra cuando abren la puerta me interrumpe y las dos nos giramos a ver a Kyle entrar apresurado y esconderse entre la ropa interior de mujer colgada en las perchas como si se escondiera de alguien.

—¿Pero qué...?— intento hablar pero me manda a callar señalando la ventana.

—¿Está Owen ahí fuera?

Susurra.

Las dos negamos con la cabeza y eso hace que se relaje y vuelva a respirar.

Se pone en pie y se acerca a nosotras. Me giro a mirar a Lizzy que tiene la misma cara de confundida que yo.

— ¿Este es el que te vas a comprar? — dice señalando el bañador que sostengo en las manos pero que dura poco ya que lo coge y lo coloca encima de mostrador— Te lo compro yo pero por favor no me volváis a dejar solo con Owen y sus chistes nunca más, sino acabaré matándolo o lo que es peor suicidandome y eso sería terrible para la humanidad, privarle de mi belleza al mundo sería uno de los seis pecados capitales.

Saca un billete de veinte dólares y se lo entrega al encargado, que los acepta y le devuelve el cambio.

—Creo que son siete— corrige Lizzy.

—Pues eso, mi suicidio sería el séptimo y el más grave.

Mi compañera está por refutar algo pero su novio aparece pasando un brazo por encima de los hombros del chico de ojos verdes que pone cara de espanto cuando lo nota.

—¿Por qué me has dejado solo en el coche? — pregunta — Te iba a contar el de la cebolla y el tomate, que van caminando por la carretera...

— Cariño, porque mejor no me los cuentas a mi luego — le interrumpe su novia— A mi no me has contado ninguno todavía.

—Claro, cuando lleguemos te cuento los que quieras.

Se van juntos para adelante dejándonos atrás al chico de ojos verdes y a mí.

Me doy la vuelta para mirarle y se le nota que se está aguantando las ganas de ahorcarlo y eso hace que me ría lo que provoca que me mire directamente y haga que deje de reírme al instante.

— Espero que sepas nadar.

Es lo único que dice pero no hizo falta más que esas palabras para ponerme a tragar saliva.

~

El camino hacia la casa se hizo bastante ameno, escuchando como Lizzy y Owen intentaban hacer una competición de karaoke, menos la parte en la que Kyle casi hace que nos saliéramos de la carretera por intentar callar a Owen con su propio cinturón de seguridad.

Aparca enfrente de un edificio residencial, parecía sacado de una revista de lujo.

Entramos al recibidor hecho completamente de mármol, me doy la vuelta hacia el mostrador donde hay una mujer joven con un vestido holgado debido a su avanzado embarazo.