Tres meses después...
—¿Qué tanto duele?—pregunta la doctora cuando entra a la sala de parto
—Estoy bien, agradezco a dios por la epidural—le ofrezco una pequeña sonrisa y ella ríe—. Es decir, hay obviamente una molestia, pero no es el dolor que sentí con Christian.
Tengo una extraña mezcla de sentimientos. Emocionada, asustada, nerviosa... pero sobretodo, quiero que todo esto pase rápido para poder conocer a nuestra hija.
—Todos los partos son diferentes—levanta mi bata—. Okey, estamos listas para sacarla, ¿tú lo estás?
—Sip—asiento, mirando a un relajado Christopher a mi lado—. ¿Qué tal tú?
Llevamos al menos dos horas en el hospital, desde que empezaron las contracciones en la madrugada, pero Christopher parece tener todo controlado. Eso me da algo de paz.
—Si tú estás bien—aprieta mi mano y río, viendo a las enfermeras entrar a la sala de partos y prepararse—. Estoy nervioso.
—Yo también—asiento, besando su mano—. ¿Estás listo para ser papá por segunda vez? Porque yo siento que mi corazón se saldrá de mi pecho.
—Estoy listo para tenerla en mis brazos, Malika—se inclina a besar mi frente—. Dime si necesitas algo más que sostener mi mano.
—Nah, estoy bien.
***
—Muy bien, mamá, aquí tienes a tu hija—una enfermera me acerca a mi bebé y sonrío, agotada por el trabajo de parto, pero sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas cuando tomo a la pequeña bebé entre mis brazos
—Hola—acaricio la mejilla de la hermosa bebé con mejillas regordetas y rosadas
Nació con cabello, negro como el de su padre, al igual que unos ojos expresivos que me tienen hipnotizada por varios segundos hasta que comienza a llorar.
—Hey—Christopher se sienta a mi lado, acunando la cabeza de nuestra hija—. Hola, hermosa—besa su frente y sonrío, acariciando su mejilla con mi índice
No puedo hacer que las lágrimas dejen de correr por mis mejillas, es como si todo lo que he sentido en estos meses se acumulara en este momento, valiendo la pena solo por saber que tengo a esta pequeña en mis brazos y hay otro pequeño esperándonos en casa.
—Se parece a ti—miro a Christopher, quien sonríe con orgullo, admirando a nuestra hija como si fuera el ser más hermoso que ha visto—. Mírala, amor, es toda una Morgan.
—Lo es—besa mis labios antes de apoyar su frente en la mía—. Te amo, Malika. Gracias por esto—murmura
—Te amo—sonrío antes de mirar a nuestra hija, bajando mi bata para darle el pecho, casi siseando cuando succiona con demasiada fuerza—. A ti también te amo, mi hermosa princesa.
Milene Sophia Morgan Cavallaro. Su nombre fue escogido porque significa "Fuerza y Determinación", cosas que, según Christopher, representa a nuestra familia.
Mi corazón se llena de paz cuando sus pequeños ojitos se cierran, luciendo tranquila mientras come, mientras Christopher y yo la miramos en completo silencio.
***
Un día después...
—Okey, lo traeré—dice Christopher cuando me recuesto en la cama con Milene en mis brazos, y asiento viéndolo salir de la habitación en busca de nuestro hijo
Estuvimos en el hospital solo veinticuatro horas. Ahora por fin estamos en casa, a punto de presentarle su hermana a nuestro hijo.
—Shh, estamos en casa—mezo a mi hija cuando comienza a removerse en mis brazos—. Tranquila, mi amor, estás con mamá—beso su frente, escuchándola soltar un pequeño quejido antes de volverse a dormir
Seguro fue solo una pesadilla.
Ha pasado un par de veces. Incluso comienza a lloriquear de vez en cuando, pero no se necesita más que hablarle bajito para tranquilizarla.
Milene es todo un angelito, aunque hasta ahora parece que quiere estar más en los brazos de su padre que en los míos.
—¿Mamá?—Christian me llama cuando entra a la habitación con su padre y sonrío, viendo a Christopher acercarse a nosotras
Se sienta en la cama con nuestro hijo en su regazo y respiro profundo, apartando la manta del cuerpo de Milene para que su hermano mayor pueda verla.
—Hola, bebé—beso su frente antes de tomar su mano, sonriendo cuando sus ojos se fijan en la pequeña en mis brazos—. ¿Te gusta?
Sus ojos brillan como si acabáramos de darle un dulce. Parece emocionado y curioso por saber que es eso que tanto le gusta.
—Es tu hermana—le dice Christopher—. ¿Recuerdas? Nana.
—¿Nana?—señala a la bebé, mirándome con los ojos muy abiertos—. Mami, ¿Nana?
—Si, bebé—río, sintiendo las lágrimas humedecer mis mejillas cuando se inclina para verla más de cerca—. ¿Quieres tocarla?
Tomo su pequeña manito y la paso por el brazo de Milene, lo que causa que Christian ponga una enorme sonrisa emocionada en sus labios.
Pero mi corazón se enternece cuando se inclina y deja un beso en la mano de Milene, viéndola fijamente como si fuera algo completamente fascinante para él.
—Nana—murmura y muerdo mi labio, viendo a Christopher mirar a nuestros hijos con los ojos brillantes
—Te amo—levanto mi mano y acaricio la mejilla de mi esposo, recibiendo un beso en mi mano—. ¿Estás feliz, mi amor?
—Más que feliz—asiente, inclinándose a dejar un casto beso en mis labios—. Ustedes son mi vida entera, Kiara.
—Lo sé—beso su frente—. Nada me hace más feliz que este momento, con un nuevo integrante en la familia, casados y con un brillante futuro por delante.
Hemos estado juntos por años, y durante mucho tiempo soñé con estar así, ambos casados y con hijos.
Y a pesar de que este año fue un caos, creo que cada momento valió por completo la pena si nos dejó en este momento, con nuestros bebés y en casa.
—Te dije que serías mía—me recuerda y río—. Mírate aquí, haciéndome el hombre más feliz de este jodido y miserable mundo. Dándome más personas por las cuales vivir cada maldito día de la vida porque ustedes son mi razón de existir.
—Esto estaba destinado a ser—me encojo de hombros—. Es nuestro destino, estar juntos en esta vida o en mil más.
—En cualquier vida serás mía—afirma—. Es nuestro destino. Te adoro.
—Te amo.

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Destined [Christopher Morgan]
Fiksi PenggemarElla es como un dios, todos se inclinan ante ella para venerarla. Él es una bestia, todos se inclinan para pedir clemencia Ambos hechos para poner el mundo a sus pies; destinados a estar juntos sin importar las piedras en el camino.