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Gulf Se movió en la cama sin abrir los ojos. Había tenido un sueño. Un sueño extremadamente peculiar.

Había soñado con su cumpleaños y con ... el joven más hermoso que había visto jamás.

Por eso, Gulf sabía que había sido un sueño : porque alguien así de hermoso, no podía existir en la vida real y mucho menos podía besarlo ... como lo besó, abrazados, en aquella mágica mañana otoñal, en el hueco de aquel viejo árbol.

Mew ...

Ése era su nombre. Gulf recordaba su nombre sin esfuerzo. Nunca sería capaz de olvidar aquel nombre.

Con un suspiro de resignación se levantó y a un medio dormido, camino hasta la cocina. Miró de reojo a través de la ventana.

Llovía. Y hasta donde llegaba la vista las veredas estaban con un manto grueso de hojas de colores tierra.

Gulf suspiró otra vez. Refregándose los ojos se dio permiso por un momento de disfrutar del silencio. Otro minuto y su hermano mayor se despertaría y comenzaría a atormentarlo, como siempre lo hacía.

Y entonces, tuvo una idea. Una inusual energía de valor que había sentido mientras soñaba aún lo acompañaba así que, sospechando que quizás las consecuencias no iban a ser agradables, abrió el cartón de leche de soja y sin pensarlo dos veces le agregó unos largos y generosos chorros de vinagre. Se sirvió un vaso lleno y se sentó a la mesa.

Su hermano mayor y su hermanita aparecieron, peleando como siempre; seguidos por su madre, que aunque se la veía algo somnolienta, ya había encontrado la manera de abrir los ojos y perderse en la pantalla de su celular. Como siempre.

- ¡Felices 15 años, hermanito!

- ¿Qué? ¡El marica cumple años, hoy?

Gulf parpadeó confundido.

" Felices ... 15 años", repitió en un susurro.

Y entonces recordó que en su sueño no cumplía 15 sino 16 ...

Miró de reojo el almanaque pegado en la puerta de la nevera. Ese día, 30 de septiembre, estaba resaltado con un corazón dorado que la pequeña hermanita había dibujado. Gulf parpadeo varias veces ...

30 de septiembre ... de 2022 ...

¿ Por qué esa fecha le resonaba en la mente de una forma tan...?

En un segundo todos quedaron bañados en leche de soja. El hermano mayor había robado furtivamente el vaso de Gulf aprovechando su distracción y como siempre hacía, para dejarlo sin desayunar, se había bebido la mitad de un solo trago.

Y al notar el sabor agrio había escupido con tanta puntería que al ver la mirada enojada de su madre supo que probablemente estaría castigado hasta Navidad.

Gulf, en otro arrebato de inusual valor, aprovechando la distracción momentánea de su hermano le guiñó un ojo a la pequeña y le cambió su peluche blanco por la campera que su hermano había arrojado a la mesa al entrar.

Y tal como Gulf esperaba que sucediera, el hermano mayor con una mirada amenazante fija en Gulf le dio un manotazo a lo que su hermanita tenía en las manos y lo acercó a la hornalla encendida.

—¡ Esto les pasa por reírse de mí! Tú no volverás a tener a tu Nanong. Y tú marica ...

Todos pegaron un salto a ver una llamas altas elevarse casi hasta el techo.

—Adiós, mamá.— gritó Gulf tomando su mochila y guiñándole otra vez un ojo a su hermana.

Cerró la puerta de calle tras de sí justo cuando la voz enojada de su madre le aseguraba a su hermano que aquello era lo último que haría y que esa misma tarde se iría a vivir con su padre.

Gulf miró el cielo otoñal y suspiró por enésima vez ....

30 de SeptiembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora