𝗞𝗶𝗻'𝗶𝗿𝗼 ━━━━━━ ❝ Let me know if I can try to be somebody for you ❞
¿Qué se supone que haces cuando has perdido aquello por lo que luchaste por años? ¿Cómo se supone que debes mantenerte de pie? ¿Cómo debías mirar a la cara a las personas despu...
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—No quiero ir —dijo, mirando el rostro sonriente de su roomie con un feo ceño fruncido.
—Debes ir, Nichiro — canturreó sorbiendo los espaguetis verdes en su plato con un ruido desagradable—. No lo puedo posponer más.
—Nadie te pidió que lo hicieras —el exfutbolista murmuró antes de tomar un largo trago de la botella de Ramune que horas antes había comprado, odiaba la estúpida bebida, odiaba las sodas, y los líquidos gaseosos que ahora tenía derecho a tomar, pero aun así se encontró ahogándose en ellas, era una forma estúpida y dolorosa de recordarse asimismo que ya no había ninguna regla, ninguna dieta, ningún sueño.
Satoru lo miró en silencio, no había enojo ni dolor en su mirada, solo hubo lástima, dolorosa y asquerosa lástima. Esa mirada lo hacía querer vomitar. Shinichiro odiaba esa mirada más que cualquier otra, tal vez porque dolía demasiado recibirla.
Soltando un suspiro, Satoru se estiró sobre la mesa para tomar su mano con un toque suave, un toque cálido que le causó escalofríos.
—Solo serán unos minutos —susurró.
Shinichiro quiso burlarse, soltar algún comentario venenoso ante el repentino interés, pero en su lugar suspiró.
Lo quisiera o no, vivía bajo el techo de Satoru Gojo, comía la comida de Satoru Gojo, y era Satoru Gojo quien había pagado por su educación e intereses.
Si Satoru hubiera querido, podría haberlo devuelto al orfanato; lo sabía, le debía respeto, por la grandiosa y privilegiada vida que le había dado, lo quisiera o no.
El mismo respeto que él nunca le había dado, y ese hecho innegable, lo hacía soltar espuma por la boca.
Para él, ese hombre no era el hechicero más fuerte de la era moderna, no era el amigo de su hermano, no era su tutor, no era familia.
Era una lamentable excusa de ser humano.
Un idiota que lo había dejado de lado.
Un miserable que no volteó a verlo cuando más lo necesitaba.
Para Shinichiro Geto, Satoru Gojo era el ser más hipócrita que había conocido, jugando con su corazón todo el maldito tiempo, haciéndolo sentir especial, parte de su familia para después botarlo, y luego regresar, fingiendo que nada había pasado, fingiendo que no lo había dejado solo durante meses, y volvía a irse, como si Shinichiro estuviera más que asegurado, simplemente lo daba por sentado.