Un Alfa millonario pero solitario, ese es Min YoonGi.
Una marca en su rostro le desgració la vida. El alfa fue despreciado por todos quienes se acercaban a él. Solo, sin salir mucho de su lujoso departamento, nadie sabia quién era con exactitud el...
─¡Pues que se vaya a la mierda!, no pienso seguir trabajando para alguien como él, maldito Alfa creído.
Grita el Beta quien salía totalmente furioso del lujoso edificio. La Omega que es la secretaria del Alfa Min YoonGi estaba negando con la cabeza tocando su cien frustrada.
Otro empleado más que renunciaba por culpa de su jefe, tenía un temperamento de la chingada. Era frío, manipulador, no le importaban los sentimientos de las demás personas, sólo las de él eran más que suficiente. No sabía qué más hacer, era la séptima persona que le renuncia esta semana, ¡Si, semana!, porque no duraban ningún día.
Su móvil suena con la llamada entrante de su jefe, ya se le venía el regaño de cada noche.
─Hola...
─¡Búscame algo mejor o estás despedida!
Colgó. Omega cerró sus ojos y su tímpano le explotó, estaba que moría de la frustración. Tomó sus carpetas en las manos y las dejó caer suelo haciendo una rabieta.
─¡Aaaaahhh!. ─Pataleo llamando la atención de todos ahí.─ ¡Que me ven, hagan sus cosas chismosos!. ─Les grita tomado sus carpetas de piso marchándose rápidamente a su oficina en el lujoso hotel Hybe Min's
A este paso la van a despedir, no era mala idea después de todo, después de tener el trabajo con el multimillonario Alfa Min YoonGi pensó que sería una maravilla, la paga no estaba mal por eso aceptó también. Pero desde que trabaja con él su vida es una pesadilla, Sooyoung estaba más que harta de la misma situación.
Se recostó en su escritorio jalando su cabello castaño, tenía que conseguir a alguien más para mañana o estaba muerta, ¡Literalmente muerta!
Abrió su laptop haciendo el anuncio para trabajar de asistente del Alfa Min YoonGi, puso la paga, los horarios y dónde se quedaría. Lo publicó en Naver y en todo lo que pudo. Dejo salir un suspiro rezándole a todo los dioses que encuentre a alguien.
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El rubio la estaba pasando muy mal en aquella tienda callejera de comida, tomaba soju como si fuese agua mirando a su mejor amigo Jungkook con un enorme puchero.
Había sido despedido de su trabajo en la tienda de comestibles por qué la gerente lo cacho comiendo una salchicha de las que venden. No era su culpa tener hambre. Ahora estaba todo triste por perder otro empleo; además la policía ya lo había arrestado 3 veces esta semana por tocar su violín en vía pública y pedir monedas, ¿qué más esperaba que hiciera?, era lo mejor que podía hacer el rubio.
Su violín estaba roto porque necesitaba reparaciones urgentes, sólo que no tenía el dinero para ello, estaba acabado.
─Vamos Jimin no es para tanto. ─Le dice el Omega castaño quien le daba palmaditas en su espalda.
─Es que... no es justo Kook, yo... ¡yo tengo tan mala suerte con los empleos, me esfuerzo para que todo me salga bien y hago la más mínima cosa y me despiden! ─Se queja a todo pulmón, las personas que se encontraban ahí comiendo los miraban molestos.
