30 días de mi nueva vieja confiable 🤠
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💛 TODO en este libro es mera FICCIÓN
💙 Se shippean CUBITOS, no a los streamers reales
💛 NO le envíen esto a ningún streamer (y sí se enteran seguro que ahora sí me desaparezco para siempre JAJAJA)
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Lunes, el día en el que todo mundo se ponía productivo y, en la casa de cierta parejita de enamorados era día de compras. Normalmente, el que solía salir a hacer las compras era Natalan. Esto al menos dos veces a la semana.
Hoy no fue una excepción.
-¡Voy a comprar, regreso en un rato!- se escuchó desde la entrada de la casa seguido del sonido de la puerta abriéndose, Natalan había hecho un buen espacio para poder salir a hacer las compras.
Soarinng, quien se encontraba en su jardín regando algunas de las flores que compró hace pocos dos días, entró rápidamente a la casa para poder pedirle algo a Natalan.
- ¡Trae comida!-
- ¡De acuerdo, ya vuelvo!-
- ¡Tómate tú tiempo!- tras esa última y breve conversación, Natalan finalmente se fue.
En ese momento, Soarinng esperó unos cuantos minutos para asegurarse de que Natalan no regresara, necesitaba hacer algo y, por mucha confianza que le tuviera a su novio, aun no se sentía completamente listo para mostrarle ese peculiar gusto que tenía, realmente no sabía como iba a reaccionar ante ello.
Hace un par de días, Soarinng había ido al centro comercial a dar una vuelta en lo que su novio se desocupaba y terminaba un pequeño Stream que hizo en domingo. Pasó por algunos locales interesantes, aunque su principal objetivo eran las tiendas de ropa, tenía ganas de comprar algún accesorio o prenda nueva.
Pasó por distintos lugares revisando las prendas que más le llamaran la atención o quizás hasta encontrar alguna cosita para su novio. Sin embargo, en algún punto desconocido encontró una tienda donde todo el lugar era de bonitos colores pastel. Era un lugar muy lindo y la ropa que vendían no se quedaba atrás.
Decidió entrar al local un poco nervioso y se dedicó a observar las cosas que vendían, fue ahí donde Soarinng la vió.
Una bonita falda tableada de color rosa pastel con un patrón a cuadros que lo dejó fascinado en el momento en que la vió, incluso pudo imaginarse a sí mismo con aquella prenda puesta y la imagen mental definitivamente le había gustado.
Se acercó rápidamente al lugar donde se encontraban aquellas faldas, revisó las tallas y tomó la que más se acercaba a la suya para luego dirigirse con mucha cautela hasta el mostrador para pagarla. La chica de la caja no hizo ningún comentario y él tampoco, por lo que en cuanto la pagó, Soarinng salió rápidamente del lugar tratando de no lucir incómodo o sospechoso, pues odiaba sentir las miradas extrañadas o incómodas de la gente, así que finalmente disimuló comprando algunas cosas extras para él y para Natalan y finalmente se dirigió a casa.
