A LITTLE DEATH |❝And he had said, "Darling, your looks can kill..."❞
( a scream, the movie
1996 fanfiction )
( billy loomis x
fem oc x stu macher )
( scream x fem oc )
( queda prohibida la...
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SU PRIMER DIA DE ESCUELA EN EL PUEBLO Y EL CAMPUS DE LA SECUNDARIA DE WOODSBORO ESTABA REPLETA DE POLICÍAS Y REPORTEROS. Todos miraban interrogantes a los camarógrafos, algunos con una pizca de reconocimiento por lo sucedido ayer en la noche. Persefone llegó en su motocicleta, la cual había recibido esa misma mañana; una hermosa Yamaha del '91, negra pulcra. El ruido, y la extrañeza ante algo no visto antes, hizo que muchos ojos se posaran en ella, los de la policía y reporteros incluidos. Según había notado, desde dentro del visor del casco, no era normal ver una cara nueva... o algo nuevo, sin importar que fuera. Era entendible en realidad, puesto que todos en ese pueblo se conocían. Estaciono en un lugar, bajando solo minutos después de haber hecho un paneo de la fachada exterior. Lamentablemente, debía entrar en el establecimiento o no le daría tiempo de recoger su horario y número de casillero. Se quitó el casco, acomodando su cabello azabache y recibiendo silbidos de distintas direcciones. Seguido, se quitó la chaqueta de cuero, el sol picaba en su piel. La chaqueta era buena para el viento al estar en marcha, pero luego, solo era una molestia. Sujetó su bolso de hombro, ni una mochila ni una cartera, más como un morral de tela oscura y se encaminó dentro del lugar, sin darle importancia a las miradas, los silbidos y los susurros. Ya era algo normal. Dando una mirada discreta alrededor, se dio cuenta que iba vestida diferente a como el resto de las muchachas iban. Colores claros y pasteles. Mientras, ella llevaba una remera pegada al cuerpo, manga corta, negra y con un estampado de auto en ella, que le quedaba hasta por debajo de la cintura, unos cargo blancos a la cadera y unos borcegos negros. En Nueva York, las personas iban con un estilo personal, pero podía notar que en Woodsboro, todos iban acorde a los otros. Si la idea era no ser notada -lo cual no era así-, ella estaba destinada a fracasar. Destacar no le importaba, es más, le gustaba hasta cierto punto. Adoraba la validación.
Entró y caminó hacia la secretaría, donde una mujer vestida igual a todos se encontraba, no debía pasar los 40 pero definitivamente ese corte de cabello no le sentaba.
── ¿En qué puedo ayudarte, cariño? ── La voz de la mujer era suave, a Persefone le cayó bien al instante, y eso ya era decir mucho. Era la primera mujer que no la veía con desagrado o asco.
Le sonrió.
── Soy nueva, mi nombre es Perséfone Hellshine, vengo por mi horario.
La secretaria le sonrió. ── Es un gusto, Perséfone, soy Betty. Enseguida te lo doy.
La secretaria se dio vuelta y rebusco en un pila de papeles, al rato le entregó su horario, número de casillero y le pidió que ante cualquier duda, le preguntara. La pelinegra le sonrió de vuelta, y demonios, Persefone no creía haber sonreído tanto antes como hoy. Salió de la secretaría, no sin antes darle las gracias y caminó por los pasillos en busca del número de su casillero. Anduvo por los corredores por unos minutos, algo perdida, hasta que dobló y se chocó con un pecho. Al subir la mirada se encontró con los ojos celeste risueños de un chico de su edad. A primera vista, era guapo. Alto, rubio, ojos celestes, hoyuelos en la sonrisa y con buena contextura física.