chapter three.

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EL SONIDO DEL TIMBRE ANUNCIANDO EL FINAL DE LA CLASE LA SACÓ DE SUS PENSAMIENTOS. Recogió sus cosas y se colocó el morral en el hombro, Stu automáticamente pasó su brazo por sus hombros, conduciendola fuera del salón.

── ¿Cual es tu siguiente clase, chica nueva?

── Puedes decirme Percy, o Perséfone. Todo menos "chica nueva" ── La pelinegra lo miro de reojo, provocando una risa en el chico.

── Soy Stu, no me digas Stuart, mis padres me dicen así cuando se enojan conmigo. ── Hizo un puchero, para luego sonreír en grande. ── Entonces te diré "Ángel".

Perséfone hizo una mueca apenas visible, pero Stu la noto. Asintió, dejándolo llamarla así. Quizás podía hacer que ese apodo fuera otra cosa en ese pueblucho, y no su marca personal.

── Inglés, esa es mi siguiente clase. ── Cambió de tema.

Stu hizo una mueca, y cambió su expresión a una de tristeza. ── Que mal, esa clase no la tenemos juntos, pero te puedo mostrar dónde queda el salón.

Perséfone asintió, aún con el brazo del rubio pesando en sus hombros, y caminaron juntos por los pasillos hasta un salón con un gafete diminuto que decía "Inglés". La pelinegra se sintió algo estúpida, los salones tenían gafetes pero ella aun así se había perdido. Suspiró, quitando el largo brazo de sus hombros y volteando a mirar al chico que le había sido de ayuda como guía. Le sonrió con dientes y le dió las gracias, inconscientemente parpadeando lento. Se dió vuelta y por la ventana en la puerta de madera se fijó que todos ya estaban en sus puestos. Tocó la puerta, con los ojos clavados en la profesora, quien al escucharla, caminó hasta la puerta para abrirla y darle la bienvenida. Hablaron en susurros, Perséfone excusándose por la tardanza y la profesora presentándose como Miss James, le señaló un asiento vacío al lado de una chica castaña con remera celeste pastel. Perséfone podría jurar que si veía otro color pastel, se descompensaria. Pasó por frente a los alumnos ya sentados, todos susurrando acerca de ella, y se sentó en el lugar vacío. Aquel lugar que la castaña a su lado veía con tristeza y pena. La clase transcurrió, y gracias a los cuchicheos de dos chicas a su lado, pudo saber que la noche pasada, su nuevo asiento en la clase de inglés antes pertenecía a una chica llamada Casey Becker que fue asesinada junto a su novio, Steve. Además, de que la policía estaba interrogando a todos, maestros, alumnos, conserjes... y por lo que deducía, ella no se salvaría, pues cuando aquellos muchachos murieron, ella ya estaba instalada en el pueblo. Tenía una coartada, ella estaba asesinando al mismo tiempo a Miranda Cox, una adolescente de diecisiete años que trabajaba medio tiempo en un supermercado en el centro. Obviamente no diría eso, por lo que también tenía otra coartada; ella estaba duchándose y cenando en su casa, su madre siendo testigo, aunque probablemente haya estado muy borracha como para saberlo. Pero eso, su madre, no se los haría saber.

Un chico llamó a la puerta, pasando tiempo después y le dejó en la mano un papel a la profesora.

── Gracias, Jimmy. ── La profesora leyó el papel y se dió vuelta. ── Perséfone... ── Todos voltearon a mirarla, y ella frunció el ceño. ── Es tu turno, querida, recoge tus cosas y ve hacia la secretaría.

A LITTLE DEATH, scream.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora