chapter five.

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NO HUBO DÍA SIGUIENTE, PUESTO QUE MINUTOS DESPUÉS DE ACOSTARSE EN SU PIJAMA, TATUM LA LLAMÓ. Sidney había sido atacada esa misma noche, minutos antes, así que ahora estaba haciendo una mochila con ropa para el día siguiente y arreglando su morral escolar. Tatum pasaría por ella en cuestión de segundos y debía estar lista; la había invitado a una pijamada, decía que era probable que Sidney se sintiera más segura con más chicas alrededor, a sabiendas de que la castaña realmente quería ser su amiga. Aceptó, obviamente, no estaría mal ser cercana a la chica que el asesino tenía entre ceja y ceja.

Justo cuando bajaba las escaleras un bocinazo se escuchó afuera. Dejó una nota pequeña a su madre, avisando que pasaría la noche en casa de una amiga y se fue, cerrando con llave la puerta. Tatum la esperaba en el asiento del conductor, en un pequeño auto rojo brillante. Sidney iba en el asiento de atrás, abrazada a sí misma, con los ojos rojos del llanto y una mueca de tristeza grabada en su facciones. Perséfone casi sintió pena, casi…

Al contrario de lo que creyó la rubia, Perséfone se sentó a un lado de Sidney y la abrazó por el hombro, mientras su otra mano acariciaba su hombro opuesto en consuelo. Sidney rompió en llanto, sujetando la remera holgada que Perséfone se había puesto encima del pijama.

Tatum condujo en silencio, a comparación de otros días donde por su boca no saldrian más que idioteces constantes. Llegaron a la casa Riley y bajaron las cosas. Tatum se sumó al abrazo y las tres jóvenes entraron a la bella casa. La madre de Tatum fue muy amable y les hizo de cenar, aunque ninguna de las tres comió mucho. No pasó mucho tiempo hasta que la rubia les indicó que subieran a su habitación. Perséfone frunció el ceño; Tatum tenía dos camas individuales por alguna razón. Además, al contrario de lo que creyó, su habitación era bastante aniñada, nunca pensó que la rubia tuviera intereses de niña, por lo que sabía era bastante madura y astuta; otra de las razones para mantenerlas cerca. Dejó sus bolsos en una esquina de la pieza y comenzó a escanearla mientras sus amigas se cambiaban, siendo Sidney la única que se cambió en el baño. La habitación estaba llena de colores pasteles, algún que otro libro, más que nada revistas, algunos posters, peluches, mucha ropa y mucho maquillaje. Había marcos con fotos también. Sujetó una en la que estaba ella con Stu, su novio, y la escaneó completamente. Luego, dejando esa en el lugar, sujeto la que estaba a su lado, Tatum estaba en la foto, de más chica, con un hombre algo mayor, ambos sonreían.

── Es mi hermano, Dewey.

Perséfone hizo un sonido de entendimiento y dejó la foto en su lugar. Luego, se tiró de espalda en la cama opuesta a la rubia, giró la cabeza en su dirección y la observó por un instante. Llevaba puesto un pijama de dos partes, pantalón y camisa, con dibujos infantiles y sujetaba entre sus brazos un peluche.

── Oye, Tate, ¿te molesta si fumo?

── Claro, pero abre la ventana, no quiero que mamá me sermonee después.

A LITTLE DEATH, scream.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora