Menos Ocho

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Seungcheol es despertado por la ausencia de calor a su lado.

Busca a Jeonghan, pero a su alrededor solo hay un poco de oscuridad. Pronto amanecerá.

Cuando se viste con un pantalón y una camiseta, se refriega los ojos y sale de su habitación para encaminarse a la cocina a encontrar a su novio.

Los adornos de la fiesta de anoche siguen en su lugar. Sonríe al recordar la felicidad en el rostro del rubio por haber celebrado.

Alarga sus pisadas por la pereza y se detiene al ver que la cabeza de Jeonghan resalta en el sillón frente a la ventana. Sonríe de lado y, antes de encaminarse hacia él, se topa con un vaso de vidrio, completamente roto en el piso.

—Olvidaste recoger esto, cariño —dice en voz alta cuando se gira a tomar un paño para levantar el vidrio.

En el lavabo de aluminio, restos de más vidrio se encuentran reposando allí mismo.

Frunce el ceño, pero sus orbes terminan por abrirse rápidamente cuando nota que, de los pedazos, hay líquido carmín.

Confundido, su corazón se acelera y se encamina hacia Jeonghan para una explicación.

Seungcheol la encuentra cuando rodea el sillón y, donde Jeonghan descansa, un mar de sangre sobresale de su cuello, cayendo secamente, manchando el pecho del rubio y terminando en sus piernas.

Seungcheol hiperventila y lo toma entre sus brazos temblorosos.

—¡Jeonghan!

Pero este no va a responder.

—¡Por qué! Dime que no... ¡Dime que no es cierto! ¡Jeonghan, no lo hiciste!

Desgarra su garganta por la cual grita un sinfín de preguntas hacia el rubio.

Por qué. Por qué.

Las respuestas no llegan.

No lo hacen porque Jeonghan no lo escucha, no puede hacerlo y nunca más tendrá que preocuparse por escuchar o ser escuchado. 








Compartí una catarsis escribiendo estos ocho capítulos. Gracias por leer. Nos vemos en otra historia, una más feliz xd. 

-Much

¿Me escuchas cuando me miras? | JeongCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora