Capítulo 4

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Después de unos cuantos estirones de pelo y una que otra patada, a Sukuna se le fue la calentura y acabó dejando a Cenicienta dormir en su habitación/desván

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Después de unos cuantos estirones de pelo y una que otra patada, a Sukuna se le fue la calentura y acabó dejando a Cenicienta dormir en su habitación/desván.

Pasaron las horas y a Sukuna no le entraba el sueño, la cara de la señora Tremaine no le dejaba dormir. Los kilos de maquillaje que se había puesto para tapar las arrugas y la barbilla de nabo que tenía se lo quitaba. Una vez se cansó de contar las rayas del techo, empezó a hacer la croqueta por la cama hasta, por error, caerse y imitar el sonido de una bomba con su caída.

–Mierda... Puta vieja menopáusica– Se levantó con delicadeza mientras se sobaba la cabeza y se sentó al borde de la cama, escuchando su estómago haciendo sonidos raros.

–La rubia no me ha alimentado bien...– Se dirigió a la cocina sin preocuparse por no hacer ruido, no le importaba mucho el hecho de que los demás siguieran durmiendo o no.

–A ver... Que ha por aquí...?– Buscó por los armarios hasta encontrar unos cereales con caja de unicornio, los cuales se llevó a su supuesta habitación y comenzó a comérselos, no solamente los cereales, sino que toda la caja.

–Puaj esto sabe a mierda– Reprochó para después escupir el cartón en el suelo. Entonces pensó en Cenicienta. Si comida estaba muy buena, no había razón para escupirla. Eso fue razón suficiente para ir a buscarla al desván polvoriento en el que dormía la rubia.

Después de un viaje largo buscando el desvan a oscuras (no sabía cómo encender la luz), encontró una escalera que le llevaba arriba.

Al entrar, vió a Cenicienta bellamente dormida sobre una sucia cama, todo estaba repugnante en aquel sitio. Se esforzaba para tener la casa así de limpia y su habitación estaba así de sucia, Sukuna empezaba a sospechar que la chica era medio autista.

–Cenicerta, despierta– Dijo mientras se asustaba por la cantidad de polvo que había ahí dentro por la noche. –Cenicerta, que tengo hambre– Comenzó a tocarle la mejilla con la punta del dedo para ver si reaccionaba –Cenicertaaa– Ahora estaba agitando su cuerpo, hasta que se pensó una cosa y se alejó bruscamente –Talvez ha muerto pot inhalar tanto polvo– Se acercó una mano a la boca preocupandose por lo que iba a comer, y recurrió a su última esperanza y la causa de su falta de sueño: Lady Tremaine.

Salió corriendo de la habitación, buscando en todas las demás a ver si encontraba a la vieja para que alimentase su estómago vacío. Finalmente encontró la habitación. Se acercó a la vieja, la agarró del brazo y la miró fijamente.

–Vieja, hazme comida

–Mmmh... Déjame dormir

–Duerme después de hacerme la comida

–Dile a Cenicienta

–No es "Cenicienta" es "Cenicerta" y se ha muerto

–Ah... Entonces ve a un 24h– Hablando dormida

Sukuna x Cenicienta [La estrella que más brilla] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora