4. En sangre y alma

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Glosario: 

miànshā: "velo", un plano alterno lleno de energía, la conexión mental con el mismo permite el uso de la magia.

qī qiào: las siete aberturas de la cabeza humana: 2 ojos, 2 orejas, 2 orificios nasales, 1 boca

bianzhong : El bianzhong (編鐘) es un antiguo instrumento musical chino formado por un conjunto de campanas de bronce que se tocan melódicamente.


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—Sāndú, por favor no te desmayes —rogó el nigromante, medio sosteniendo al hombre que se estaba desangrando.

Usó un tono serio y preocupado que era nuevo en él. No le gustaba, había pensado que detestaba el tono ligero que el nigromante usaba en general, como si todo fuera un juego, pero esto era peor.

—¿Quién se está desmayando? Esto no es nada —resopló Sāndú—, sólo apresúrate e invoca el maldito portal! ¡Nadie nos siguió!

En cuanto el talismán se activó, los tres fueron transportados al instante al marcador que colocaron en el tronco unas horas antes. Si había funcionado correctamente, entonces no dejaron ninguna clase de huella, lo que significaba que nadie podría rastrearlos hasta ahí. Meng Yao estiró el brazo hacia Wei WuXian.

—No puedo mover mi otro brazo —explicó—. El talismán está en el bolsillo interno de mi manga, úsalo.

Sin pensarlo un instante más, Wei WuXian tomó el talismán e invocó el portal. Hizo entrar primero a Sāndú y luego a Meng Yao. Su mirada vagó hacia lo alto de la montaña, al gran complejo que parecía silencioso y tranquilo, pero donde había al menos una persona que parecía conocerlo, y sus palabras resonaban en su mente: " moriste". Afianzó el agarre sobre su dizi, podría intentar volver, ¿cuántas personas tendría que derrotar para llegar a un líder de clan? El portal estaba por cerrarse, tenía que tomar una decisión. Sería complicado emboscar a Lan XiChen en ese momento y nada le garantizaba que le daría una explicación. Además, si Sāndú y Meng Yao estaban malheridos fue a causa de que él se negó a usar el portal cuando tuvo la oportunidad.

Sāndú...

Wei WuXian entró al portal justo un instante antes de que éste se cerrara.


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Adelántate tú, te veré allá. Yo viajaré en espada, odio los portales—. Se quejó, mirando la espalda del joven frente a él.

La coleta alta de Wei WuXian se balanceó cuando giró sobre sus talones para mirarlo, con esos ojos grises que a ratos le robaban el aliento y que casi siempre lograban convencerlo de cualquier cosa. Era alto para sus casi diecisiete años y aunque se veía larguirucho y delgado él sabía lo fuerte que podía ser. Desde niño fue siempre muy adelantado en las artes mágicas y en las de la espada también. "Prodigioso", lo había llamado su padre.

—¡Pero shīdì! —exclamó él, en un fingido todo lastimero— ¿Cómo voy a practicar mi técnica para invocar portales si nunca quieres viajar por ellos?

Él sólo bufó, su shīxiōng tenía un punto, pero en esto no iba a ser su conejillo de indias. De verdad odiaba la sensación y el mareo que le quedaban después de usar un portal.

—Dije que no, úsalo tú si quieres, yo te veré allá. De todas formas prefiero volar o caminar.

Se cruzó de brazos y le dio la espalda para no ver el puchero de Wei WuXian, no se iba a dejar convencer esta vez por sus engaños. Pero en lugar de lanzar más quejas e intentos de convencerlo, le pasó la mano sobre el hombro y se rió, enterrando la nariz en su cuello de una forma que hizo que un escalofrío le recorriera.

Vermilion [XianCheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora