Capítulo 58

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La construcción del puente que facilitaría el transporte entre las comunidades había progresado considerablemente, llegando al punto en que no faltaba demasiado para que el proyecto fuera terminado.

Durante estas últimas dos semanas, otros cuatro Salvadores habían desaparecido al igual que los dos anteriores.

Muchos creerían que simplemente habían desertado y no planeaban volver. Pero había algo que hacía que esta teoría fuera cuestionada, y eso era el hecho de que algunos de los desaparecidos tenían familia, uno incluso tenía un bebé. Todo era muy confuso.

Esto hizo que Alexander se planteara seriamente la opción de que los Salvadores no desaparecían porque hayan decidido portar suerte estando por su cuenta, sino que alguien los estaba desapareciendo, tal vez incluso se trataba de más de uno.

Hablaría de esto con Rick cuando tuviera tiempo. Deberían hallar la manera descubrir lo que realmente sucedía, ya que por ahora no tenían nada más que teorías.

En este momento se encontraba trabajando en la construcción del puente junto a muchas más personas, en su mayoría Salvadores.

Era un día demasiado caluroso por lo que no llevaba su gabardina puesta. Tampoco tenía su máscara consigo para que no le estorbara.

Él junto a Daryl y Aaron levantaron una pesada viga de madera y poco a poco la colocaron en el lugar donde se suponía que debía ir ubicada, finalizando así finalmente el suelo del puente.

"Entonces, después de su siesta, entramos, la cargamos, y el pañal me explotó encima." Aaron les estaba contando acerca de una anécdota que tenía con su hija adoptiva, Gracie.

"Suena sensacional." Comentó Daryl mientras los tres se arrodillaban y comenzaban a clavar clavos en la viga, él y Alexander en los extremos y Aaron en la parte de en medio.

"Es lo mejor." Afirmó con una sonrisa en su rostro a pesar de saber que sólo se estaba burlando.

"Si te hace sentir mejor, una vez estaba cambiando a Judith. El pañal limpio se me cayó al suelo. Lo recogí y cuando me levanté, Judith restregó su mano cubierta de mierda en mi rostro." Dijo el menor de los tres, provocando que Aaron riera levemente.

Desde aquel día, nunca había vuelta a bajar la guardia frente a aquella mocosa que traicionó su confianza.

"Qué afortunados son. Casi los envidio." Murmuró Daryl con un clavo entre sus dientes, aún martillando.

"Ya verás, cuando tengas hijos." Aseguró Aaron, generando que tanto Alexander como Daryl dejaran lo que estaban haciendo y lo miraran.

"¿Daryl con hijos?" Preguntó como si acabara de escuchar la cosa más estúpida de su vida. "El mocoso ni siquiera ha nacido y ya siento lastima por él."

A pesar de lo que dijo, sabía que sería un buen padre. Al inicio le resultaría difícil, pero sabía con certeza que lograría aprender a su propio ritmo, como todos lo hacían.

"Oh, vamos. Sería un buen padre. ¿Cierto?" Preguntó volteando a ver a Daryl.

"...Sí." Respondió Daryl luego de unos segundos con sarcasmo en su voz, a lo que los otros dos rieron.

"¿Qué hay de ti? ¿Has pensado en tener hijos?" Le preguntó Aaron a Alexander.

"Amigo, debo tener alrededor de dieciocho años. No creo que sea el momento para ser padre." Dijo mientras utilizaba su hacha como martillo para clavar los clavos.

Si no fuera por el hecho de que experimentó diferentes eventos que le permitían de cierto modo calcular su edad, le sería imposible hacerlo.

Tenía dieciséis años cuando todo comenzó. Si sumaba los dos meses en los que vivió con el grupo de Atlanta, el embarazo de Lori, los seis meses que se refugiaron en la prisión, unos cinco o seis meses en los que estuvieron trabajando para los Salvadores y que desde hace aproximadamente un año la guerra contra ellos había llegado a su fin, debería tener unos dieciocho o diecinueve años.

𝐓𝐇𝐈𝐒 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃 𝐈𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐓𝐄𝐍 || The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora