CAPÍTULO 46 "LA HISTORIA DE DAVID"

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Maratón 3/3

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David.

¿Cómo contar una historia que ni yo mismo sé dónde empezó?

Bueno, supongo que empezaré con mi nacimiento.

El 21 de agosto de 1994 llegué al mundo en contra de mi voluntad. Soy Leo, pero eso no influye en lo que tengo que contar.

La verdad es que cualquier persona a la que le preguntes de qué familia viene David Hernández, te va a responder que, de un núcleo familiar muy lindo, pero quien conoce de verdad a David Hernández te va a decir que de una familia que no era la mejor para él.

Mis papás se conocieron en el trabajo y según mi papá lo suyo fue amor a primera vista, algo que de pequeño se me hacía muy tierno, cuando crecí creí que era ridículo y cuando maduré entendí que era real.

Soy el segundo hijo y el único hombre que tuvieron mis papás.

Crecí en una casa en los suburbios de Nueva York. La relación de mis padres era muy buena y a pesar de que no vivíamos una vida de ricos no pasábamos muchas carencias y por lo menos teníamos para comer y para que los tres —mis hermanas y yo— recibiéramos educación.

Y a pesar de que no me gusta admitirlo, mi mamá y mi papá me educaron diferente a mis hermanas, me gusta decirles que ellos estaban hechos a la antigua, pero eran otras formas de pensar.

Siempre me dijeron que tenía que ser el que cuidara de ellas, el que tenía que ver por su bienestar y ser muy exitoso en mi vida, era por eso que ellos creían que los tres debíamos de tener una buena educación, pero que yo debía de ser un empresario o tener una carrera de "mayor importancia" al final mis hermanas podían vivir si en algún momento se casaban, pero yo tenía que ser la cabeza de la familia si es que eso llegaba a pasar.

Al principio no le tomaba importancia, era solo un niño y no notaba tanto la distinción entre mis hermanas y yo, además de que los tres jugábamos por igual, tomaba el té con ellas y ellas jugaban a las carreras conmigo. Éramos un dolor de cabeza para mi mamá, pero su mayor dolor siempre fui yo.

Me fracturé varias veces el brazo por caerme de la bicicleta o una vez me fui de cabeza a un tambo con agua por andar jugando con ella, una vez me mordió un perro y una vez me perdí en una tienda.

A pesar de eso siempre fui un niño un poco tímido y me gusta llamarme a mí como "un poco soñador", y por eso culpo a mi abuelo materno, él siempre nos quiso a los 3, no veía favoritismos entre mis hermanas y yo. Él siempre fue un muy buen apoyo, y más cuando mi papá me presionaba por cualquier cosa, me decía que estaba destinado a ser un hombre muy bueno y que no tenía que ser todo lo que mi papá esperaba de mí. 

Si me toca hablar de lo importante que fue para mí mi abuelo, nunca acabaría, pero fue una de las mejores personas que pudo estar en mi vida, era cariñoso y siempre me apoyó en todo lo que hacía, cuando él murió fui el que más lo resintió, pues para mí era muy especial su compañía, sentía que era el único que me entendía y gracias a él fue que tengo algunos ideales, pues recuerdo las muchas veces que le decía a mi mamá que no era equitativa la forma en que nos estaban educando, mi mamá nunca le respondió, pero eran unas de las pláticas entre los dos que me quedaron muy marcadas, pues no había entendido que había querido decir mi abuelo, para mí todo era igual y bueno.

La noche que te conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora