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Dentro de todo lo que podría explicar, solo voy a decir que todo se fue al carajo. Rayleigh conoció a Kaito luego de muchos años, le explicó quién era y por qué tenía amistad con nuestro padre. Él me enseñó muchas cosas, vivimos con él durante algunos años, hasta que él decidió que estaba lista para volver a salir...
Sí, me he vuelto bastante fuerte aunque en cada paso esté al borde del colapso por no poder superar la muerte de mamá. Kaito también se volvió fuerte, tiene un buen estilo de pelea y estaba segura de que podría manejarse solo. Habían pasado unos cuatro años más luego de todo el incidente con Doflamingo, Rayleigh había recibido una carta de mi padre, eso significaba que estaba vivo...estaba bien.

Ordené como su hermana mayor a que Kaito se quedara junto a Rayleigh, iba a ser un buen discípulo y se volvería mejor en todos los aspectos posibles. He discutido esto con mi mentor día y noche durante cuatro largos años, llegamos a la conclusión de aceptar los términos y concluir el trato.

Me dio un mapa donde se encontraba mi hogar, o lo que quedaba de él. Debía ir ahí a recoger el Lilith Garden y emprender mi primera aventura yo sola... quizá deba encontrar nakamas confiables que puedan acompañarme en mi recorrido.

Partí temprano para evitar perder el tiempo en sentimientos y recuerdos viejos, me despedí de ambos y les prometí volver a verlos. Rayleigh me dio una vivre card para saber dónde iba a estar por si algo salía mal, me dio provisiones y un pequeño bote pesquero para navegar en el mientras tanto.

Usando el viento a mi favor, navegué con rapidez y pude guiarme luego de varios intentos de entender el mapa, el mar estaba tranquilo y el sol resplandecía en el cielo despejado. Este día prometía varias cosas, cosas que ya con 24 años no creía tanto.

Mis misiones mentales seguían intactas. Primero debía crear una tripulación confiable y leal, luego, tener mis aventuras para saber qué me deparará el destino, luego... encontrar a Ace y Luffy cuanto antes.

Luego de una larga siesta, terminé donde debía estar, mi hogar. Llegué al muelle y de pronto, todo se veía diferente, habían nuevas casas, rostros que no conocía y mucha más movilización en el pueblo. Sonreí con nostalgia al pensar que a mi madre le hubiera gustado ver el cambio de el lugar en el que creció...
Desembarqué y di una caminata tranquila por el nuevo pueblo que mis ojos veían y mi mente no lo recordaba así. Ancianos me veían y se sorprendían al reconocerme, saludándome por ello preguntándome por mi padre, fue una larga conversación y todo terminó en un saludo de despedida.

Me armé de valor a comprar un ramo de flores y tomando mis recuerdos, caminé por la calle dirigiéndome a mi antiguo hogar... Mi corazón latía con fuerza y sinceramente...tenía miedo. Estaba asustada porque, a decir verdades, no me sentía lista de volver al lugar donde mi madre murió, pero debía hacer esto para por lo menos...hacerle saber a ella que la visitaría muy a menudo si el tiempo así lo quería.

Al llegar, me escondí tras la pared de una casa al ver la capa negra de alguien alto, un metro ochenta quizás... Se quedó ahí parado, sin moverse...
Mi mente se preguntó quién rayos era, cómo conocía mi casa y por qué estaba ahí parado sin hacer nada. Salí de la pared a enfrentarlo y me sorprendió tanto que me quedé en mi lugar, ahí...parada.

Era Shanks. El hijo de puta de el jodido pelirrojo Shanks estaba frente a mí. Por dios, estaba demasiado cambiado, como que casi no lo reconozco.
Solté el ramo de flores de mi mano y lo miré sintiendo de pronto mis ojos querer explotar en un llanto extraño.

S: ¿Hana? —Fue el primero en hablar y su mirada estaba quizás igual que la mía, sorprendido por verme, viendo los cambios que los años al pasar me dieron.—

—Me mordí el labio inferior tratando de contener mi ruidoso llanto que no tardaba en avecinarse hasta que no pude controlarme y corrí hacia él para abrazarlo con fuerza. Mi cabeza llegaba a su pecho y mis brazos a penas lograban poder cerrarse en su cuerpo, me largué a llorar en su camisa roja y me pegué a él en signo de decirle en palabras mudas te extrañé...

𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora