11

861 67 7
                                    

La rubia rodó los ojos saliendo de la casa. La italiana volteó a ver al rizado.

--- También tú. ---dijo.

Soltó una risa.

--- No me vengas con mamadas, wey. ---se burló. Volteó a ver al ojiverde pero éste tenía la mirada fija en la italiana.

--- Raúl... ---le llamó la chica.

--- ¿E-Eh? Ah, simón wey. ---dijo viendo a Gerry.--- déjanos a solas.

--- ¿Es neta, cabrón?

--- Ay, ya wey.

--- No mames. ---a regañadientes, se fue a otra habitación de la casa. Dejando a la ex pareja solos.

--- Y-Yo... ¿vamos a mi habitación o quieres hablar en la sala? ---preguntó el ojiverde.

Suspiró.

--- A tu habitación. ---contestó caminando a la recámara del susodicho, mientras el chico caminaba detrás de ella. Deleitándose con la buena vista.--- No me veas el culo. ---advirtió.

El ojiverde soltó una risa por lo bajo.

--- Me pides mucho.

Ambos entraron a la habitación, Palmira se sentó en la cama del chico mientras él cerraba la puerta.

Ninguno decía nada.

La italiana tenía la mirada perdida mientras el chico le veía a ella.

--- ¿Fuiste tú? ---preguntó al ojiverde. Éste la miró confundido.--- Lo de Alex y la mierda del vengador, ¿fuiste tú?

Negó.

--- No.

--- No te creo. ---dijo poniéndose de pie al ver que el chico iba a sentarse junto a ella.

--- Palm...

--- ¡¿No tuviste suficiente con toda la merda que hiciste con tus pendejadas?! ---reclamó. El ojiverde no dijo nada. Simplemente, dejó que se desahogara, lo necesitaba.--- ¡Confié en ti, Raúl! ¡Y me traicionaste! Y ahora que vuelvo me entero de toda esta merda del vengador y que tienes al stupido de Gerry escondido aquí...

--- ¡Yo no lo hice! ¡Yo no tengo nada que ver con el vengador! --- se puso de pue frente a ella. Suspiró.--- Palm... ¿Por qué no me crees?

Negó.

--- Dame una razón por la cual deba creerte. ---pidió.

Ante el silencio del chico, la chica entendió todo.

--- Debí hacer lo mismo que Isabela y no haber regresado. Tenía que haberme quedado en Italia. ---murmuró por lo bajo, lo suficientemente fuerte para que le escuchara. El ojiverde sintió una opresión en su pecho al escucharla.

--- ¿Sabes por qué no lo hiciste? ---preguntó el ojiverde acercándose a ella, acorralandola en su escritorio.--- Porque tuviste un motivo para regresar... Yo.

--- Te equivocas. ---susurró.

--- Sabes que no. ---acarició suavemente su mejilla.--- Si realmente me odiaras lo suficiente, no hubieras regresado y te hubieras quedado en Italia como bien dices. Pero no lo hiciste. Volviste, por mí... por nosotros.

--- Ya no hay un nosotros, Raúl. ---recordó.--- Y bien sabes porqué.

--- Palm... no tienes idea de cuánto te he extrañado, amore. ---dijo ignorando los último que dijo la italiana.

La pelinegra lo veía fijamente a los ojos. Se maldijo por dentro. Aunque quiera negarlo, tiene razón.

--- Te juro que yo no tengo nada que ver con lo del vengador. ---susurró cerca de sus labios.

--- No sé si deba creerte, después de todo... eres un gran mentiroso. ---dijo separándose de golpe, antes de que el ojiverde le besara.--- Ahora, si me disculpas... tomaré mis cosas.

El ojiverde no dijo nada más, simplemente miraba cada uno de los movimientos de la chica, viéndola tomar su maleta y bolsos.


••••••••••••••


--- Hey, ¿Qué onda? ¿Cómo sigue tu nariz? --- preguntó Javier a la pelinegra.

Estaban sentados en el comedor, la italiana jugaba con el tenedor meneando la ensalada mientras Sofía y Javier estaban frente a ella.

--- Bien... Yo... ---un chico de la cafetería se acercó a ella.

--- Tu jugo verde, Palmira. ---dijo dejando el vaso frente a ella. Frunció el ceño.

--- Yo no pedí nada.

--- Es por parte de Raúl. ---sin más, se fue. Palmira volteó a todos lados buscando al ojiverde, estaba a unas mesas de donde están ellos.

--- Merda.

--- ¿Todo bien? ---preguntó Sofía.

--- Sí, todo bien.

--- Oye, hablando de Raúl... Necesitamos tu ayuda para saber si es el vengador o... ---le interrumpió.

--- Él no es el vengador.

--- ¿Cómo sabes? ---cuestionó Javier.--- ¿Él te lo dijo?

--- Sí, ayer hablé con él.

--- ¿Y le creíste? ---ante el silencio de la italiana, siguió hablando.--- Le creíste.

--- No sé, es que... se veía muy serio y...

--- No mames, Palmira. ¿Neta le creíste? Te creía más inteligente.

Lo miró ofendida.

--- A ver, en primera no me hables así. Y en segunda, de una vez les aviso que no cuenten conmigo para esta merda.

--- Palm... ---habló Sofía. Negó.

--- No pienso volver a lo de antes. Acabo de regresar a mi casa con mis padres y tengo nuevamente mi vida antes de toda esta merda. No pienso volver a involucrarme a algo relacionado con el hacker o en vengador. Lo siento pero, no puedo ayudarlos. Están solos en esto.

Dicho esto, tomó su mochila y el jugo caminando a la salida. No sin antes pasar a la mesa del ojiverde y dejar aquel vaso frente a él.

--- Ya no me gusta el jugo verde, gracias.

El ojiverde no dijo nada, solo vio cómo la italiana salía de la cafetería.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 15, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝗖𝗢𝗡𝗧𝗥𝗢𝗟 𝗭 • 𝗥𝗔𝗨𝗟 𝗟𝗘𝗢́𝗡•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora