Capítulo 2

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—Eres tú...- murmuró Lisa mirando a la hermosa chica en frente suyo.

—¿Disculpa?- Preguntó ligeramente sonrojada.

Lisa casi se desmaya en cuanto escuchó esa dulce voz mucho más de cerca. Era la voz más angelical que sus oídos habían podido captar.

—Ah, lo siento...- Tragó nerviosa- Es que hace unas semanas te vi en el evento de motocross que la ciudad organizó para una recolecta de fondos. Accidentalmente habíamos chocado, pero tú te fuiste muy rápido y me quedé con ganas de disculparme.

—Es verdad. Lo lamento por eso, llevaba un poco de prisa- Desvió la mirada. Lisa estaba observándola tan intensamente.

—Descuida, lo entiendo- Le sonrió mostrando su lado encantador.

La piloto quedó varios segundo mirándola al ver que su encanto no la estaba poniendo tímida o nerviosa como sucedía con otras chicas. Eso le fascinó de sobre manera y se quedó analizándola un poco más.

—¿Vas a regresarme a mi perro, o debo decirle adiós?- Bromeó la castaña.

—Perdón, es que me distraje- Se sonrojó-.Toma- Extendió al peludito de vuelta a los brazos de su dueña.

—Muchísimas gracias. No sabría que sería de mi sin él, fue un regalo de alguien muy importante para mí- La miró agradecida.

—¿Cómo fue que se te soltó?- Preguntó simplemente para tener una conversación con ella.

—Había venido a caminar como todos los días, pero se me resbaló la correa y Kuma aprovechó para perseguir a una ardilla.- Lisa sonrió, por alguna extraña razón se le hacía conocido el perrito, pero lo dejó pasar porque seguramente había visto un muy parecido y solo lo estaba confundiendo.

—Yo igual tuve un perrito, era blanco y muy travieso, a él también le encantaba perseguir ardillas, aunque ya no he tenido otro después de él- Sonrió nostálgica. También lo había perdido el día de su accidente.

—Dalgom- Susurró la castaña inaudiblemente contagiada por la nostalgia de la pelinegra.

—¿Dijiste algo?

—No, no, solo divagaba en mi mente- Le regaló una sonrisa tímida- Lo siento.

—Oh, está bien.- Otra vez la intensa mirada de Lisa la estaba poniendo algo nerviosa y si seguía así, seguramente le terminaría llorando.

—En fin, debo irme, pero muchas gracias por la ayuda- Realizó una reverencia dispuesta a marcharse de ahí antes de ponerse frágil.

—Espera- La detuvo suave de la muñeca-.¿Puedo saber tu nombre?

—No lo sé, no es bueno hablar con desconocidos.

—Hey, te regresé a tu perro- La miró divertida.

—Y te agradecí por eso- Sonrió de vuelta.

—Vamos, te diré el mío.

—Sé que eres Lalisa Manoban.

—¿Me conoces?- Preguntó esperanzada. Tal vez ella fue alguna conocida de su pasado.

—Eres la mejor piloto femenina de motocross de Corea. ¿Quién no sabría quién eres?

—Oh, claro- Ocultó su decepción con una sonrisa. Que tonta se sintió por lo dicho—, ¿No quieres un autógrafo a cambio de decirme tu nombre?

—Soy más fan de la estrella fugaz, pero gracias- Rió al ver la cara de la mayor. Estrella fugaz era el apodo de una de las rivales con las que Lisa a veces competía.

¿Me recuerdas? | Jenlisa adaptación G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora