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Ghost estaba refunfuñando entre dientes mientras se movia entre pasos pesados por toda su mansión de dos pisos, quizás casi demasiado ansioso para su propio bien mientras pateaba rocas inexistentes en el hermoso suelo blanco, de nuevo, demasiado ansioso y presionado para su propio bien.

Recientemente una cantidad innumerable de papeles habían llegado a su puerta, todos provenientes de la misma persona y exigiendo cosas que en su debido momento no exigió y que ahora estaba exigiendo en el peor momento en el que Ghost se encontraba.

Katya, su ex novia y la madre de ahora su hijo había exigido dinero y la atención de Ghost, cosa que en su debido momento en el tribunal no había pedido porque ella "podía mantenerse por su cuenta sin depender de un hombre irresponsable e idiota", pero ahora parecía una mujer loca por dinero, amenazando con contar a la prensa sobre cosas que claramente Ghost no había hecho, pero por al fama dudosa que tenía podían ser fácilmente absorbidas por el publico.

Estaba de más decir que Ghost se sentía como si estuviese siendo aplastado por cuatro tanques de guerra, sabiendo sobre la cita que iba a tener en poco tiempo con Soap y que no podía negar después de todo lo sucedido y los inconvenientes que tuvo con él, pero ahora estaba cargando con la voz chillona de su ex en el teléfono exigiendole que le entregara X cantidad de dinero y visitará a su hijo, Jonathan, que ante todo esto él se había rehusado a verlo por culpa de toda la mierda falsa que Katya le había metido a la cabeza cuando ambos se fueron a Francia y Jonhatan tuvo la edad suficiente para absorber cualquier estupidez dicha por la única figura de padre que poseía en ese momento.

Eso no quitaba el hecho de que Ghost había tratado de comunicarse con él cuando Katya y Jonathan se fueron a que, supuestamente, Katya explorara sus deseos de ser una modelo reconocida sin apoyo familiar o de su pareja, algo que terminó medianamente bien al fin y al cabo.

Ghost habia tratado de pedir miles de veces a Katya que dejara que viera a Jonhatan aunque sea una vez por mes, pero esta se negaba, afirmando que su hijo tenía el suficiente amor y que no necesitaba de su padre ausente. Pero ahora ella estaba buscándolo, con la excusa de estar enfadada con él por enterarse de las nuevas exploraciones de sexuales que Ghost había estado realizando, y enfadada de que Ghost no había tratado de contactar a su hijo por estar distraído en lo que sea que anduviera metido. Algo que claramente era falso.

Y ahora mismo Ghost debía de encargarse de miles de papeles que Katya le había enviado a modo de advertencia antes de, probablemente, llevarlo frente al juez. Ghost conocía suficiente a aquella mujer para saber que aunque el obedeciera hasta las letras pequeñas de los documentos ella no se conformaría con ello, estaría más que contenta en tratar de hacerlo caer lo más profundo posible y sacarle todo lo posible, arruinar su imagen y hacerlo quedar mal frente a todos.

"Carajo..." murmuro, con sus acento Inglés acentuándose más que nunca mientras se arrojaba a uno de esos sillones carísimos de la sala de estar, con un pequeño montículo de papeles a su lado y una taza de té caliente en la mesita frente a él. No sabia como iba a completar todos esos papeles y no cometer una equivocación con ellos, porque aunque lo hiciera bien, Katya buscaría cualquier agujero por más minúsculo que sea para derribarlo o sacar más de él.

Para su no tan sorpresa el primer papel hablaba directamente sobre la custodia de Jonhatan, y los primeros renglones del interminable documento afirmaba que Jonhatan pasaría los fines de semana con Ghost y la semana con Katya, y que si algo sucedía con Jonhatan la culpa total se la llevaría Ghost, por, supuestamente, ser quien contiene más dinero para aportar a cualquier necesidad de su hijo. Ghost no estaba en total desacuerdo con esto, no era fanático de los niños y mucho menos de los adolescentes como lo era Jonathan, pero disfrutaría de poder verlo al menos dos días y conocerlo cuando Katya le prohibió cualquier contacto directo con él.

El único problema, Soap, un hombre que se había convertido en una de sus primeras cosas más importantes en su vida aunque no quisiera admitirlo. Temía de ver como reaccionaria y no estaba dispuesto a confesar estas cosas o sobre su pasado a Soap hasta que las cosas se pusieran muy serias, algo que probablemente sucedería más pronto de lo que le gustaría pensar.

Ghost trataba de imaginarse un escenario positivo en donde Soap decidía apoyarlo y, aún amarlo como el habia notado que Soap le había demostrado hasta ahora, aunque quisiera ocultarlo, pero lo único que llegaba a su mente eran todos los escenarios negativos imaginables. Cosas como Soap alejandose y mandandolo al demonio -algo que probablemente merecía por no haberse esforzado en recuperar a su hijo después de tener dos negaciones de Katya- o cosas como que lo acusara de idiota y no lo volviera a ver.

Ghost estaba lo suficientemente metido en ese hombre como para no querer soltarlo, no por ahora cuando había logrado sentirse un poco más vivo, y esperaba que el tampoco lo hiciera aún.

Segundo problema, el apretado trabajo que tenía. Claro, Ghost no trabajaba los sábados ni domingos en su empresa, pero si tenía a veces mucho papeleo y no estaba demasiado al tanto del exterior o preocupándose por mantener alimentado a alguien, por esta razón no tenía mascotas, era probable que se olvidara de alimentarlas o mimarlas como lo merecían, y se sentía ligeramente preocupado de que cuando Jonathan comenzara a ir a su mansión sucediera lo mismo y que solo lograra alejarlo de él más que cuando Katya se lo había llevado a Francia cuando tan solo tenía cuatro años de edad y apenas entendía que sus padres se odiaban porque Katya había decidido acostarse con otro hombre.

A pesar de esa mala pata inicial Ghost decidio firmar el papel, leyendo cada letra para asegurarse de que Katya no quiera colar nada allí que pudiera perjudicarlo luego, sin encontrar nada demasiado grave en ellos y suspirando aliviado.

A pesar de que Ghost era un maestro en el autocontrol esta situación en toda su sinceridad le estaba poniendo los nervios y preocupación de punta, sin saber realmente que hacer o opinar sin dañar a otra persona o cagarse a sí mismo por ella, pero no lo sabia. Ni si quiera había visto a Katya desde su supuesta llegada, solo había recibido algunas llamas vacías de la mujer recordándole que la próxima semana debía de reunirse con Jonathan en su casa y que no intentara nada extraño o en ponerlo en contra de ella, algo que le resultó ridículo porque ella había hecho eso desde un principio -basicamente desde el momento en que quedó resentida cuando Ghost la echó por haber cometido una infidelidad, algo que ella había llamado un pequeño polvo y nada grave-.

"Señor Riley, ¿está todo en orden? No a tocado su té desde hace diez minutos" una de sus jóvenes empleadas hizo que Ghost levantara la vista de los papeles que estaba leyendo, que ya iban por el lado de la manutención que Katya estaba exigiendo por no haber recibido nada, que, sinceramente, era una cantidad malditamente exagerada de dinero.

"Estoy bien, lo suficiente como para no perder la cabeza y arrojar todo por la ventana, solo estoy cansado por el trabajo y esto" respondió lo más seco que pudo, no quería tener que explicar nada a nadie y no lo iba a hacer. La mujer resoplo suavemente y se acerco.

"Le traeré un pequeño vaso de whisky y... si no es meterme mucho en sus asuntos, ¿qué sucedió con ese hombre que se había quedado a descansar aquí hace bastantes semanas atrás?" Aunque era una pregunta inocente, Ghost no quería contestar, pero era mejor hacerlo para que no hayan inconvenientes luego.

"Estoy digamos... en una relacion con él... pero no dare detalles porque esa parte no es algo que debería de preocuparte además de mantener mi hogar en orden" contesto, malhumorado, "Y si, un whisky seria genial en este momento, gracias, Belia" y con eso la mujer se retiro, dejando a Ghost momentáneamente solo con todos esos malditos papeles sobre la mesa.

Ghost se sentia bastante presionado en ese momento, no queria echar a perder la oportunidad que tenía para poder volver a ver a su hijo pero tampoco quería romper la pequeña cuerda que lo sostenía con el escocés, y no sabía si seria capaz de mantener ambas cosas guardadas sin causarles problemas a alguno de los dos. Quería hallar un equilibrio, uno que probablemente ni existía en ese momento.

Ghost solo oraba que la situación no se saliese demasiado de sus manos, y esta era la primera vez en su vida que sentía que no tenía nada bajo control, un sentimiento que la única vez que logro sentir fue cuando era militar hace bastantes años, y no era una sensación agradable en el campo de batalla, pero esta vez era su vida y tampoco se sentia agradable en un ningún sentido de la palabra.

Daddy issuesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora