Oh, Cody... Aquel chico estaba enamorado perdidamente de su mejor amigo, ambos tenían una conexión ridículamente increíble, sobre todo, porque eran bastante diferentes uno del otro; es una lastima que Noah no guste de él...
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- La academia Wawanakwa era reconocida por tener estudiantes con futuros brillantes, el éxito abundaba en la escuela, claro estaba.
Cody Emmett Jameson Anderson, o simplemente Cody, era un joven estudiante de esta prestigiosa institución, no era el más listo, pero tenía una actitud carismática y positiva, como si nada le afectase.
Todo lo opuesto a Noah Sterecra, un joven bastante reservado y sarcástico, quien no tenía intenciones de hacer amigos y solo se concentraba en sus estudios, un chico bastante inteligente, decían sus maestros.
· S c h o o l - 7 : 0 6A M.
El joven mestizo caminaba por los pasillos de la academia, rumbo a su primera clase, era de los típicos chicos que llegaban tarde a clase, pero por algún extraño motivo, llegó 14 minutos más temprano de lo normal, solo siendo superado por su mejor amigo, Noah, quien se encontraba leyendo un libro en su asiento.
El más alto volteó a ver a Cody, y pasados unos segundos, devolvió su mirada a la lectura, a lo cual, Anderson se acercó a él e inició una conversación.
- "Hey, Noah, ¿no te parece demasiado rudo no saludar a la gente?" Preguntó, mientras posaba su mirada en el libro.
- "... Hola, Anderson." Respondió, su voz átona como siempre.
- "¿Y cómo has estado? La última vez que fui a tu casa te noté algo extraño."
- "He estado bien, no te preocupes."
Ambos muchachos siguieron hablando, poco a poco el aula se llenó de varios estudiantes, entre esos, Sierra, a quien Cody consideraba como una acosadora.
La fémina de cabellos morados se acercó a el más pequeño y lo abrazó con fuerza, casi dejándolo sin aire.
- "¡Cody-osito! Te extrañé mucho, ¿ya estás mejor de tu gripe? ¡Si te sientes mal, tengo varias pastillas y vacunas solo para ti!"
Noah soltó una pequeña risa, mientras veía a su amigo siendo acosado constantemente por Sierra, aquella chica era bastante graciosa, pensó.
Emma, una azabache de descendencia asiáticase le acercó a hablar, por alguna extraña razón, esta chica siempre buscaba algún motivo para hablarle y acercarse un poco más a él, Noah siempre se sonrojabaante la presencia de la asiática, ¿el motivo? Sencillo, aquel joven estaba enamorado de la chica.
