Oh, Cody... Aquel chico estaba enamorado perdidamente de su mejor amigo, ambos tenían una conexión ridículamente increíble, sobre todo, porque eran bastante diferentes uno del otro; es una lastima que Noah no guste de él...
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Después de escuchar el largo "parloteo" del profesor Hatchet, se pudo escuchar lo que Cody llamaba: "El sonido de la salvación" o mejor conocido como la campana del descanso.
El castaño guardó sus cosas y de inmediato salió a la cafetería de la escuela, ahí, solo pudo comprarse una soda de la máquina expendedora, abrirla y tomarla rápidamente.
Aún pensaba en lo que había sucedido en el baño, sin duda se sintió genial, pero claro, una parte de su subconsciente le decía que estaba mal, él y Noah no eran nada, y eso lo hacía sentir mal.
Caminaba por los pasillos de la academia, yendo hacia su salón de clases, se le había olvidado hacer la tarea para la siguiente clase, así que la haría en el descanso, no es como si el profesor se fuera a dar cuenta.
Lo primero que vió al entrar fue a Noah sentado en su pupitre, leyendo un libro, cómo era costumbre.
Cody se acercó a él algo apenado, y cuando iba a decir algo, su contrario habló primero.
- "Cody, no estoy de humor ahora. Tal vez más tarde, ¿sí?"
- "¿Qué ha pasado, Noah?" Preguntó el mestizo, preocupado por su amigo.
- "Emma... Ella... Ella no gusta de mi..." Tan pronto como dejó que aquellas palabras salieran de sus labios, sus ojos se llenaron de lágrimas.
Al ver el estado de ánimo de su amado amigo, solo pudo abrazarlo, no le diría que él ya sabía que Emma no gustaba de Noah, si se lo decía, solo lo lastimaría aún más y no quería que llorara aún más.
- "Ya, ya... Tranquilo, Noah... Sé cómo se siente, sientes como si tú corazón se hundiera y que clavaran cientos de agujas, sé perfectamente como se siente, tranquilízate, estoy aquí para ti."
El moreno solo pudo llorar y llorar, verlo en aquel estado le rompía el corazón a Cody.
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La maestra Mildred, o como ella misma se denominaba: "Blainley", había faltado aquel día, se desconocía el motivo del porque, pero nadie se quejaba.
Anderson se acercó a Sterecra, intentando romper el silencio.
- "¿Te sientes mejor, Noah?"
- "Algo así... Oye, sé que no te digo esto muy seguido, pero gracias por estar siempre conmigo, Cody. Eres encantador."
