Me he encontrado viéndote..

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Aquella tarde solo estábamos nosotros dos en nuestro departamento en Mónaco, en el balcón de la habitación, la brisa soplaba lentamente, era agradable.

Sergio estaba apoyado en el barandal a unos centímetros de mi, llevaba puesta mi sudadera, sus cabellos se movían a la par del viento, sus pecas resaltaban con la luz del atardecer en su rostro.

Luce hermoso, pensé.

-Pecas-llamé.

-Mmh?-murmuró, mientras giro su rostro para verme.

-Ya te dije lo hermoso que eres?-le pregunté. Checo se sonrojó ante mi comentario.
Nunca me cansaría de decirle lo precioso que era ante mis ojos.

-Todos los días Maxie..-dijo acercándose con una sonrisa.
Joder como me volvía loco.

Sergio se acercó a mí y coloco sus brazos alrededor de mis hombros.

Reí un poco ante su respuesta, no mentía, siempre le decía lo lindo que era.
No quería que mi Omega se sintiera mal.
Por eso mi Alfa se encargaba de mimarlo cada que podía.

-Y te gusta que te lo diga?-dije con coquetería.

-Me encanta..-sonrió y depósito un casto beso sobre mis labios.

Sonreí ante esa acción.

-Me alegra oírlo mi Omega.-la voz de mi lobo relució.

Checo se estremeció cuando la escuchó y se abrazo más a mi.

-Maxie.. bésame.-pidió y se separó para mirarme.

-Lo que mi Omega diga.-dije con chulería y sin pensarlo me incliné hacia el.

Checo se puso de puntitas, nunca lo diría en voz alta pero la diferencia de altura que teníamos me volvía loco.

Me parecía adorable que siempre se ponía de puntitas para besarme, era simplemente gracioso y adorable.

Nuestro labios se encontraron y mis manos bajaron hasta su cintura y la apreté.

Checo soltó un suspiro contra mis labios y se abrazo más a mi, causando que nos acercamos más.

Inevitablemente las cosas escalaron un poco.
Lo cargue hasta que el me rodeo la cintura con sus piernas. Se aferro a mi y entrelazó sus manos en mi cabello.

Después de unos segundos nos separamos por la falta de aire.

Nuestras miradas se conectaron.

Cómo el océano y la arena encontrandose.

Me dedico una de sus hermosas sonrisas, y yo solo pude sentir mi corazón ensancharse ante la vista de mi Omega en mis brazos, con el atardecer de fondo y con mi prenda puesta.

Una magnífica y exquisita vista.

-No me mires así, tonto.-dijo avergonzado después de un rato.

-¿Asi cómo?-encueste.

-Como si fuera perfecto.-dijo algo sonrosado.

-Eso eres.-respondí mientras sonreía.
A decir verdad me gustaba esa faceta que ponía cada que le elogiaba.

-No soy perfecto Maxie, nadie lo es.-dijo con algo de seriedad y gracia.

Es Que Yo Te Quiero A Ti -Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora