Capítulo 3

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Kaeya ha pasado 2 horas con Jean en su oficina leyendo, respondiendo y firmando papeles. Ella ha estado haciéndole mil preguntas de las cuales intento responder con respuestas cortas ya que no quería soltar tanto detalle.

Parece que Jean lo entendió y paró luego de un rato para poder concentrarse más en el papeleo que le estaba haciendo rellenar a su amigo.

"...Y listo, eso es todo verdad?" -el moreno le da una hoja recién firmada sobre la actualización del acta de nacimiento de Kyoko.

"Si, pero ahora solo falta que el Maestro Diluc venga a firmar estas últimas hojas" -Jean separó a un lado las hojas en las cuales, el pelirrojo, debía echarle un vistazo luego- "Oh, me olvidaba lo más importante, Kyoko esta registrada solo con el apellido de Nara, también se actualizará su apellido en la partida de nacimiento?"

Kaeya dudó en responder, olvidó preguntarle a Diluc sobre que pensaba al respecto.

"Creo que es algo que deberías preguntarle a él, yo tengo la mitad de su custodia, pero no tengo todo el poder de decidir ese cambio, si me preguntan a mi, opino que quizás sea conveniente que lleve el apellido Ragnvindr" -desvía la mirada.

[. . .]

Bajando por las escaleras de la Catedral de Favonius, se hallaban padre e hija.

Diluc revisaba la hoja con los resultados de la menor mientras cargaba una bolsa con flores y remedios naturales que le regalaron para mejorar la salud de ella.

Kyoko permaneció en silencio luego de despedirse de la Diaconisa, le había agradado su trato tan amable y gentil, por un momento la recordó a su madre. 

Eso aumentó un malestar en el pecho que tenía la niña, pero no era que estuviera enferma.

Era el sentimiento de extrañar a su progenitora.

Llevaba un día entero sin verla, nunca habían estado tanto tiempo separadas. Añora fuertemente el momento de volver a verla y abrazarla mientras duermen bajo las estrellas de Teyvat.

Pero era demasiado tímida con sus, recién conocidos, tíos como para expresarlo abiertamente.

Caminaron por un minuto en silencio hasta que la mirada del de visión pyro se fijo en un vendedor ambulante, el mismo que Kyoko señaló anteriormente a Kaeya para preguntarle si podía comprarle un globo.

Por el rabillo del ojo miró a su hija, que lucía una mirada triste.

Pensó que los exámenes médicos fueron muy estresantes para ella. Él mismo los odiaba cuando tenía su edad.

Quería animarla aunque no sea tan bueno en eso, especialmente con niños.

"Aún quieres un globo?" -señaló al vendedor.

La niña lo miró algo emocionada, asintió. Se acercaron rápidamente y le dio la oportunidad de escoger el que quisiera.

Ella observó todos los fascinantes globos que tenían diferentes diseños, pero el que le encantó fue uno de mariposa, llevaba detalles rosados y morados, además, parece que estaba hecho de material holográfico.

"Ese quiero!!" -sonrió, dando leves saltos de felicidad.

El vendedor le entrega el globo y cuando ve a Diluc sacar una bolsa de moras que colgaba de cinturón le dijo el precio.

"Son 15 mil moras".

La niña dejó de sonreír y puso una cara de preocupación, extendió su globo para devolverle al vendedor, lo que sorprendió a los dos adultos.

"Ya no lo quiero..." -baja la mirada.

"Porque? No te gustó ese?" -el pelirrojo le interroga confundido.

Como Dos Gotas De Sangre - Diluc x KaeyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora