La mano de Roier entrelazó sus dedos con la mía y le regalé una rápida mirada, asintiendo con la cabeza, tratando de darle toda la seguridad posible.
—Este juzgado concluye que, ante las tradiciones ya conocidas por nuestra sociedad, impuestas desde tiempos remotos y basadas en regímenes variados según el género, además de creerse que un pequeño puede crecer mejor en un entorno de madre omega y padre alfa, lo más conveniente es que la tenencia del menor, Bobby De Luque, sea entregada a su padre alfa biológico, Natalan Allbriel.—
—¿Qué?— Mi pequeño omega mordió su labio, temblando después de haber oído al alfa decir eso. Roier soportó tantas cosas, se mantuvo firme a pesar de todo, pero luego de esas palabras, sentí que su corazón se detuvo por un segundo, antes de latir con fuerza, totalmente asustado y devastado. Mi brazo, sin poder evitarlo más, rodeo su cintura, acercando su silla y atrayéndolo hacía mí, aferrándome a él para que no se dejara vencer. —Cellbit… Él dijo…—
—Aún no acaba.— Le interrumpió Missa, captando nuestra atención. —Él va a seguir leyendo, Roier.—
—Teniendo conocimiento de que el alfa nombrado tiene derecho al menor por ser su padre biológico.— El viejo tomó aire, antes de seguir. —Sin embargo.— Miró hacía el público, olvidándose de sus hojas por un momento. —Ante las pruebas y mi juicio personal, incluso desde mucho antes de mi charla con el agradable menor, no puedo estar más convencido al reconocer los sentimientos del omega, Roier De Luque, por su hijo, como el amor más puro que he podido apreciar, habiendo vivido ya 67 años.— Ahora él se concentró en mirar al bastardo de Natalan. —Yo fui testigo del momento en que pasó por el pasillo cuando Bobby estaba haciendo un alboroto, sin embargo, no le importó y siguió tu camino, sin darle ni una mirada al pequeño.— Natalan separó los labios, pero al instante el juez habló de nuevo. —No hay paso a negaciones porque estaría mintiendo, yo lo vi, señor Natalan.— Incluyó algo de propiedad cargada de ironía. Sinceramente, agradecí por un segundo esa egocéntrica personalidad.
—Se-Señor juez.— Habló el abogado de Natalan, levantándose de su lugar. —¡Es-Eso no está a juicio! ¡Fue durante el receso! Mi cliente no estaba en la obligación de interesarse por el menor si aún no cuenta con su tenencia. Él-…—
—…Es su padre biológico.— Lo interrumpió el juez. —Claro que está en la obligación de interesarse por su hijo en peligro. Sin embargo, los únicos que corrieron desesperados al oírlo fueron el señor Roier De Luque y el señor Cellbit Lange, quienes, cabe aclarar, fueron también los únicos que tranquilizaron al pequeño y además se encargaron de que cumpliera con las normas, que obedeciera y que se encuentre dispuesto a hablar conmigo.—
—Pe-Pero…—
—Pero nada.— Continuó el juez. —Y, si me permite continuar, abogado.— Entrecerró los ojos. —Mi charla con el menor fue bastante corta pero muy significativa, lo único que le pregunté al niño era “¿Qué deseas hacer?” y su única respuesta, y lo cito, fue: “Quero cuidar a papá”.—
Sonreí orgulloso al escucharlo, era gracia como teniendo una voz tan gruesa, más que sonar adorable, sus palabras parecían una cita bibliográfica exacta de las palabras de Bobby que había memorizado aquel anciano. Roier sonrió y me miró, mostrándome sus ojos llenos de lágrimas contenidas, con una preciosa sonrisa feliz y orgullosa en su rostro.
Me incliné y besé sus párpados, eliminando todo rastro de llanto.
—Si me permite decirlo.— Se dirigió hacia mí ahora. —Sé que usted, señor Lange, es el actual alfa del señor De Luque, sin embargo, ese pequeño niño de nombre Bobby, es y al parecer desea ser por mucho tiempo, el alfa que proteja a su padre por sobre cualquiera. Usted tiene mucha competencia.— Asentí con la cabeza, imaginando la enorme sonrisa que se formó en mi rostro. “Lo sé.” Admití, totalmente complacido. No podía sentirme más feliz de competir con tan valiente pequeño alfa. —¿Y qué si el pequeño crecería mejor con una madre omega y un padre alfa? Estos dos individuos, llevan dándose tanto apoyo moral como pueden desde el primer momento, demostrándose todo el amor que se tienen aún en un ambiente tan muerto como un tribunal. ¡Que jodida mierda!— Parte del público se rió al escuchar al juez decir eso. —¿Alguien me puede decir un hogar más cargado de amor que junto a esta joven pareja? Mientras lo que veo entre el señor Natalan y su omega es solo el deseo egoísta suyo de hacerle daño al omega que lo superó y rechazó, anhelando quitarle a su hijo para hacerle daño.— Nadie respondió. —¡A la mierda la maldita pirámide! Demostremos que lo que importa es esto… Esto.— Y nos señaló a ambos con sus dos manos, con un gesto tan vivo que me imaginé a otro hombre hurtando el lugar del juez anterior. Él parecía alguien nuevo, diferente, cargado de energía y deseo por hacer lo correcto. —Darle un hogar lleno de amor a la futura generación. Esto importa, no si eres alfa, beta, omega o lo que sea, al final todo eso es basura que se pierde con los años.—
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The perfect omega [GUAPODUO]
RomanceCuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar al amor de tu vida. Roier tiene veinte años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad, ¿Qué alfa querría encargarse de cor...